domingo, 6 de agosto de 2023

Es el Señor quien nos sostiene


Es el Señor quien nos sostiene en todo momento.

Guillermo Rodríguez Macías

En aquella ocasión, Guillermo Jaime "Willys One" Rodríguez Macías, había sido corrido injustamente de su trabajo por denunciar las transas que otros hacían en la empresa, y los responsables de Recursos Humanos se burlaban de él haciéndole ofrecimientos irrisorios para su liquidación.

Pasaba por penurias económicas importantes, gracias a Dios había conseguido un trabajo, pero era mucho más pesado y le pagaban mucho menos que en el anterior, sin mencionar que tenía muchas menos prestaciones.

Acostumbrado a un desayuno sano y nutritivo a diario, ahora no tenía más que un plátano y un café para desayunar al día, si bien le iba, y en la hora del almuerzo solamente se alimentaba con unos 30 gramos de cacahuates y mucha oración frente al Santísimo, ya que había una Iglesia cerca de su trabajo, y aprovechaba la hora de almuerzo para pasar el tiempo en súplica de rodillas frente al Señor; pero en esa ocasión salió apresuradamente de su casa en la madrugada, y no se llevó más que el café.

Como no tenía dinero más que para pagar el camón de ida y de regreso, y así era todas las semanas, sabía que ese día no lo pasaría de lo mejor, y que a lo mejor no iba a rendir lo suficiente en el trabajo, con las consiguientes bajas en las métricas y probables sanciones.

Pero el Señor, bueno y misericordioso, no se deja ganar en generosidad y, cuando salía a la hora de almuerzo, le tocó que una amiga de su equipo de trabajo, Ofelia Paulina Olea, había salido a la misma hora, cosa que regularmente no pasaba. En lo que iban a los casilleros, esta mujer, madre de dos hijos, inspirada por el Espíritu Santo, quiso invitar a Willys a a compartir su almuerzo, ya que había llevado más de lo que ella se iba comer. Dentro de una amena plática resulto que Paulina no sólo llevaba un poco más de comida, sino bastante para dos porciones.

Willys dio gracias a Dios y recordó que la Iglesia celebraba el Año Paulino, y lo que el Señor dice que no preocuparnos, pues hasta a los pajarillos del campo les da la comida a su tiempo.


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