La magia del Señor

Por Francisco M. García Montiel

Francisco M. García Montiel (Mago Frakman) y familia.

 "Soñé ser grande un día, tener sombrero de copa y bastón y lleno de pesos un hondo cajón".

Este versito muy antiguo, que nos decía mi papá cuando éramos chicos, en mí se ha hecho una realidad, pues ahora que soy grande, he tenido muchos sombreros de copa y bastones de los que aparecen y desaparecen, ya que soy mago de profesión, y lo único que me ha faltado en la vida ha sido llenar de pesos un hondo cajón".

Pero eso ha sido lo mejor, puesto que Dios lo ha llenado hasta los bordes de bendiciones en nuestra familia. Hace 23 años, radicando en la ciudad de México, fuimos invitados "el oxigeno de mis pulmones", como yo le digo a mi amada esposa Mercedes, y yo, a conocer la Comunidad Jésed y, casi de inmediato, nuestro Señor tuvo la genial y misericordiosa idea de poner en nuestro corazón un deseo intenso de pertenecer a ella, lo que hizo posible que tomáramos la firme determinación de dejar todo" (padres, amigos, negocio, escuelas, etc.) y venirnos a Monterrey, a vivir la Vida Nueva que nos ofrecía nuestro Salvador (y sí que fue nueva: nueva ciudad, nuevos amigos, nuevo trabajo de contador a mago, etc.).

Con ello, se inicia así una aventura para nuestra familia que sigue siendo maravillosa hasta este día. Las pruebas en la salud, en la economía y en general en cualquier situación las hemos podido superar gracias a la intervención oportuna y siempre fiel de nuestro Dios y al apoyo generoso y fraterno de nuestros hermanos a los que amamos.

Vivir nuestro llamado ha sido los más importante de nuestra vida, nuestros hijos han crecido en el amor y la disciplina del Señor, nuestro amor de esposos se ha fortalecido día a día y el vivir rodeados de hombres y mujeres con el mismo llamado de amar al Señor por sobre todas las cosas ha hecho que la perla preciosa que encontramos un día siga siendo nuestro tesoro. Por todo lo anterior, damos eternamente gracias a Dios, ya que ¡VIVIMOS COMO MAGOS!