sábado, 5 de agosto de 2023

Dos hermanos en paz y alegría


Dos hermanos en paz y alegría, la unidad es primero

Guillermo Rodríguez Macias

Dentro de la preparación para las actividades del Verano del Sector Universitario en 1992, Guillermo Jaime "Willys One" Rodríguez Macías y Carlos "Charlie" Hurtado Galván salieron de la casa "Buenos Aires" en la Ichi Van de los Siervos de la Palabra rumbo a una quinta en Villa de Santiago, para limpiar el terreno en donde tendrían los juegos y dinámicas, ya que estaba lleno de zacate con espigas que habían crecido cerca de medio metro en un área abierta de alrededor de mil metros cuadrados. La alberca y todo lo demás estaban bien. 

Ambos hermanos eran líderes en el Sector Universitario y destacaban por su dominio propio, disponibilidad para servir al Pueblo, llevarse bien con todos y manejar cualquier situación apegados a la manera de conducirse de los hermanos de la Espada del Espíritu, siempre con aires fraternales, dando el beneficio de la duda, buscando el bien, pero también siendo todo lo claro y directos que se requiere para que haya paz y prosperidad espiritual y no dar pie a que se meta el Enemigo.

Sin embargo, ninguno de los dos lo sabía, pero cuando les habían dicho lo que iban a hacer, y que lo harían solos, ambos tuvieron un sentimiento de desagrado con resignación que sabiamente supieron no  expresar, pues sabían que las emociones no son sino un vaivén subjetivo de interpretaciones que no siempre tienen que ver con la realidad, mucho menos con la verdad.

Después de un arduo día de trabajo, con pocas palabras y con una podadora de gasolina prestada que batallaba para mantenerse encendida más de dos minutos y luego nomás no quería encender fácilmente, los hermanos tomaron la carretera para dejar la camioneta en Buenos Aires.

Durante el trayecto, Willys se dio cuenta de que había habido un cambio en su corazón, y de que un sentimiento negativo que se había alojado ahí hacía años ya no estaba; quería compartirlo con Carlos, pero no hallaba cómo.

Por fin, poco antes de entrar a la ciudad, Willys empezó a hablar: Sabes, Carlos, Desde que te conozco, tú entraste a MCU un año después que yo, había algo en mí, como un sentimiento de que no me caías bien empezó a decir para pronto aclarar-, pero ya no es así. Déjame explicarte: Cada vez que te veía, o que hablabas, algo en mi interior se quería agitar, no sé, y de hecho, cuando nos pidieron este servicio, deseé no venir, o hacerlo con cualquier otro hermano, pero a fin de cuentas sabemos que las emociones no son una guía confiable, y que somos hermanos y nos amamos en Cristo explicaba Willys mientras Charlie escuchaba con la debida atención- , y, pues bueno... no creo que deba haber una disculpa por que es algo que jamás dije a nadie, ni hablé mal de ti... y espero que nunca hayas sido afectado por un comportamiento de mi parte que denotara que no me caías bien...

Pero no pudo continuar, porque Charlie lo interrumpió para decirle: -N' ombre, Willys, no te preocupes, jamás hiciste algo que me afectara; es más, ni sabía, ni por aquí -dijo mientras recorría su frente con el dedo índice me pasó que te cayera mal -Willys empezaba a sentirse mejor por tan edificante compartir, pero no se esperaba lo siguiente:- , pero, déjame decirte, Williberto, que tú también me caías mal. 

Desde el día que te acercaste a mí para saludarme y platicar la primer vez que vine a una reunión de MCU, yo dije y este chavo ¿qué onda? ¿qué le pasa?" por que te veía que saludabas a todos y con todos te llevabas. Ya después supe que así es en MCU, que se trata de una dinámica del amor fraterno pero, ¿quién sabe por qué?, como quiera me caías mal, como que te veía muy desenvuelto, no sé.

-Wow -respondió Willys con su típica expresión de asombro , pues yo tampoco sabía que te caía... o que te caigo mal, Carloberto. -De hecho me caías mal, pero pasó lo mismo, Willys, que de alguna manera, el día de hoy ese sentimiento desapareció.

Llegando a Buenos Aires, una vez abajo de la Ichi, se despidieron con el más varonil y fraterno abrazo que se habían dado nunca, y más adelante dieron testimonio en la Asamblea.

Desde entonces y hasta el momento, estos hermanos, ya casados y con hijos, siguen sirviendo a los hermanos con todos los recursos con que pueden, y no han dejado de tenerse un gran afecto.

De ahí la importancia de vencerse a uno mismo, no darle importancia a lo que no la tiene, y siempre tener disposición para el diálogo y el compartir abierto y profundo en el amor fraterno.

Ambos hermanos recordaban muy bien la frase que el entonces coordinador del Sector Universitario, David Mijares, había dicho en una charla dentro de una Asamblea

Sectorial: ¡Imagínate que tú fueras de los que le caen mal a Cristo! , sólo porque sí."


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