lunes, 1 de mayo de 2023

MCM, bendición para muchos matrimonios

Héctor y Esperanza comparten su testimonio de como MCM ha sido bendición para ellos y para muchos hermanos.
Esperanza y Héctor Ayala


MCM, bendición para muchos matrimonios

Héctor y Esperanza Ayala

Era finales del año 1999 cuando mi esposa y yo regresábamos a Misión Católica Matrimonial (MCM) de Lourdes, después de haber estado tres años en receso por cuestiones de trabajo; sin embargo, aún nos emocionábamos con la idea de volver. Agradecemos con todo el corazón a Demetrio y Ana María Mariscal por habernos invitado la primera vez en 1992, y a Concho y Gloria Luna, en esta segunda ocasión.

La verdad no sabíamos lo que nos tenía preparado el Señor, sólo queríamos servirlo y poder regresar un poquito de las bendiciones que nos había regalado sin ningún merecimiento.

A los seis meses de habernos incorporado nuevamente, ya nos habían nombrado moderadores en el Ciclo de Iniciación, haciéndonos cargo de seis parejas de matrimonios, a quienes recordamos con mucho cariño, e incluso todavía frecuentamos a algunos.

Posteriormente se formó un Grupo de Moderadores, en el cual estábamos: Martín y Tinna Farías, Juan Carlos y Cristy Leal, Concho y Gloria Luna, Francisco y Coty Gámez, Armando y Lolys Arredondo, Simón y Celia Buenrostro, y Héctor y Esperanza Ayala.

En cada reunión compartíamos algún tema con el grupo, esto nos servía también como entrenamiento, por si alguna vez nos pidieran participar con una charla en MCM. Ya se imaginarán lo angustiante que resultaba en ocasiones, pues nos poníamos nerviosos y hasta se nos olvidaba el tema, no teníamos idea que esto era sólo el principio de algo, que hasta hoy, no sabemos la magnitud y el alcance que tendrá en los planes del Señor, pues nuestro pensamiento es infinitamente inferior a el de Él.

Casi al término del 2001, el padre Lupito de San Francisco de Asís, pidió a Martín Farías iniciar un grupo de matrimonios como MCM. Casi sin pensarlo, llegó un día muy emocionado con nosotros, y nos planteó la idea de servir en ese proyecto.

Como realmente no sabíamos lo que decíamos, ni a lo que nos comprometíamos, le dijimos que sí, y en ese momento cuatro matrimonios (que ni por mucho éramos los más preparados, y ni siquiera los que espiritualmente estuviéramos en el mejor momento, pero eso sí, muy aventados), emprendimos esta maravillosa aventura que hasta la fecha, ha cambiado nuestras vidas completamente.

Estos cuatro matrimonios somos Juan Carlos y Cristy, Concho y Gloria, Héctor y Esperanza y por supuesto Martín y Tinna. Todos actualmente estamos en la Comunidad Jésed.

En enero del 2002, y como responsable Martín Farías, dábamos inicio al nuevo grupo, después de haber hecho una fuerte campaña de promoción, puerta por puerta.

Llegado el momento, decíamos para nosotros: Con que lleguen unas diez parejas nos damos por bien servidos . Esa noche llegaron treinta y cuatro matrimonios, entre ellos Gerardo y Maye Cardona (que actualmente están en el sector Norte de la comunidad). En la segunda generación, y que ahora están en la comunidad, entraron: Raúl y Martha Gómez, y Juan y Olga Limón, y posteriormente, Alejandro y Flor Quintanilla, Jorge y Lourdes López, y Juan Manuel y Lourdes Domínguez.

Al principio, y como solamente éramos cuatro matrimonios servidores, al formar los grupos fraternos de cuatro o cinco parejas, tomamos cada quien dos grupos. Recuerdo que en las asambleas no contábamos con un equipo de sonido, ni con guitarra electroacústica, así es que con micrófonos de la parroquia y el sonido de la misma, dábamos el servicio que podíamos.

Con el tiempo llegaron más parejas de servidores que venían de MCM Lourdes y se fueron integrando a servir en San Francisco, como Gabriel y Lily Aguirre (actualmente participan en el sector Norte de la comunidad). No supimos como, pero el grupo fue creciendo y creciendo, y llegaban muchos matrimonios sedientos de Dios. Solamente les mostrábamos la Fuente de Agua Viva que no se agota, y de la cual también nosotros bebíamos, y ellos aceptando a Jesús como su Señor, se iban convirtiendo, dejando a un lado su vida anterior.

Podríamos escribir un libro lleno de testimonios, ya que cada uno de los matrimonios tiene su propia historia, y no es por nosotros que permanecen ahí, si no por la gracia de Dios, ya que se saben amados por Él.

A los dos años aproximadamente de haber iniciado, recibimos Martín y un servidor, la invitación por parte de Ernesto Perales, para conocer la Comunidad Jésed y saber si era nuestro llamado. Dijimos que sí, pero para ser sinceros, al principio nos surgían dudas con respecto a continuar, lo único que nos mantenía en ese camino, era que no queríamos ser una puerta que cerrara oportunidades a otros hermanos de MCM San Francisco, que venían detrás de nosotros, ya que aún no se le daba la formalidad de ser una Misión de la Comunidad Jésed.

Esto sólo fue al principio, como un proceso normal de adaptación en la Comunidad, ahora tenemos la certeza de que estamos en el camino correcto, dando pasos, tal vez pequeños, pero firmes.

En la actualidad la Misión de San Francisco se ha multiplicado, ya que gracias a hermanos que han aceptado a Cristo, se fue formando gente verdaderamente comprometida con el Señor, para trabajar en nuevas misiones, abrir nuevos caminos, dar la oportunidad a otros matrimonios de conocer a Jesús; matrimonios que a partir de ese acercamiento, tengan un futuro diferente, que sus hijos crezcan en un ambiente de amor, y se formen familias enteras que luchen por acrecentar el Reino de Dios aquí en la tierra, verdaderos discípulos y apóstoles.

De ahí han surgido las siguientes misiones, con una población aproximada en total de 600 matrimonios:

MCM

Responsable de misión Héctor y Esperanza Ayala Jorge y Lourdes López José Concepción y Gloria Luna Alejandro y Flor Quintanilla Juan Manuel y Lourdes Domínguez

San Francisco de Asís

Espíritu Santo

Sta. María de Guadalupe

San Marcos

Santa. Clara

El responsable de sector de estas misiones es Martín Farías con el apoyo de su esposa Ernestina, hermanos de un gran corazón y muy comprometidos con la formación y crecimiento de esta pequeña parte del Pueblo de Dios, y a los que de manera muy especial, agradecemos todo el empuje y el apoyo que nos han brindado. Así mismo agradecemos a Irving y Celia Villanueva del sector Norte, ya que en algún tiempo fueron los responsables de MCM Espíritu Santo. Ý por último agradecemos infinitamente, el apoyo incondicional que hemos recibido desde el principio de: Ernesto y Anita Perales, y Salvador y Malena Villarreal. Que Dios los bendiga a todos.

Atreverse a decir sí al Señor, tiene una recompensa muy, pero muy grande: es la promesa de obtener la Vida Eterna. Sin embargo, en el proceso de llegar a ella, el Señor nos permite estar como en primera fila, siendo testigos y participantes al mismo tiempo, de la conversión de muchos matrimonios que como ovejas extraviadas, oyen la VOZ del Pastor, Él cura sus heridas y regresan al redil.


¡Gracias Señor por todo!


Los más leídos