miércoles, 5 de abril de 2023

Primera asamblea general

 

 J. Alberto Velasco







    Cuando nos invitaron a la primera Asamblea General en Jésed, Lorena, mi esposa, estaba embarazada de Juan Carlos. Yo no tenía duda que este llamado era para nosotros, sin embargo, las situación en mi trabajo no estaba nada bien.

Yo me consideraba humillado por algunos de los jefes y aunque al entrar me habían prometido un buen puesto (esto fue en 1984), no sólo no lo cumplieron sino que me habían bajado de nivel. Yo no podía comprender esta situación y clamé al Señor, y le dije: No entiendo por qué, si me estas mostrando que este llamado es para nosotros, permites que mi situación laboral esté cada vez más insostenible. Te pido que me respondas en la Asamblea General".

Como siempre, el Señor me respondió. Esa Asamblea General fue toda una respuesta de Dios para mi clamor.

Después de un buen rato de oración donde percibía la presencia de Dios, empezaron las profecías, todas alrededor de mi clamor. La que más recuerdo -y espero nunca olvidarla- fue: "Hijo mío yo soy un Dios de Paz y si tú no tienes paz en tu corazón es porque hay áreas de tu vida que no me has entregado. Si realmente quieres tener paz entrégame a tus hijos, tu trabajo, sobre todo aquellas áreas que crees en que el éxito depende de ti".

Yo le respondí al Señor en ese momento, y le dije: Te doy mi trabajo: si Tú quieres que sea barrendero o esté más abajo de mi situación laboral actual, es porque Tú lo ves bueno para mí. Sólo te pido que no permitas que mi esposa y mis hijos sufran".

Mis hermanos, en aquel momento tuve paz y alegría. Al otro día regresé a mi trabajo siendo otro.

Después de un corto tiempo todo se cambió a un ambiente más favorable, y hasta la fecha veo la promesa de Dios nuestro Señor en mi familia.

Muchas veces me he enfrentado a situaciones desfavorables en mi trabajo y mi situación económica, pero recuerdo ese día que la AG fue para mí solito (así lo experimenté: ya sé que no, y fue para muchos) y me vuelvo abandonar a Dios nuestro Señor.

¡Gloria a Dios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los más leídos