Jesús Iván Vargas |
Dios es fiel y tiene el control de nuestras vidas
Dios Provee
Priscila y yo nos casamos en 1996, y desde que éramos novios, habíamos hablado sobre la posibilidad que si Dios nos daba hijos pronto, Priscila dejaría de trabajar para dedicarse tiempo completo a la crianza.
Recién nos casamos quedamos embarazados, y pues, Priscila dejó de trabajar fuera de la casa. En aquel tiempo, el trabajo donde yo estaba me daba un ingreso bajo, además que llegó un momento en que empezaron a pagarme en frecuencia mensual (1 ves al mes).
Pasó el tiempo y quedamos embarazados de nuestro segundo hijo. Ya con un segundo hijo, las necesidades de la casa aumentaron y yo seguía con el mismo sueldo y pagos mensuales. Muchas veces, faltaban muchos días para el siguiente pago, y literalmente ya no teníamos dinero para las necesidades básicas.
Quiero decirles que en aquel tiempo, continúe dando el diezmo (10%) aún a pesar de tales situaciones. Fueron muchas las situaciones donde ya no teníamos dinero, y de repente, llegaba algún hermano o hermana, y nos daba "vales de despensa", lo que nos ayudaba bastante.
La situación que más recuerdo es que un día estábamos en la casa, precisamente haciendo cuentas de la economía, y nos dimos cuenta de nuevo que ya no teníamos dinero, y todavía faltaba como 1 semana para el siguiente pago. Fue en ese momento que estábamos sumamente preocupados, cuando alguien tocó a la puerta de la casa. Era un viejito que ofrecía unos arreglos para la casa. Le dije que me disculpara, pero que no tenía dinero, y me contestó casi llorando que le ayudara porque ese día no había comido. Le dije que lo único que tenía en mi pantalón eran $5 pesos y que se los daba.
Hermanos, jamás olvidaré el momento en que le di el dinero. Empecé a tener un escalofrío muy intenso en todo el cuerpo. El viejito me dio las gracias. Inmediatamente comprendí que ese viejito era realmente Jesús que nos vino a visitar. Le dimos gracias a Dios, Priscila y yo, por ese momento y le pedimos su ayuda.
Días más tarde, en mi trabajo, me mandó llamar el dueño de la compañía donde trabajaba, y me informó que me daba un aumento de $500 pesos al pago mensual. De momento, no relacioné las cantidades, pero después al pensar en eso, comprendí que Dios respondía a nuestras oraciones y que no nos dejaba en el abandono.
En fin, por medio de esta situación, me hizo entender que aún ạ pesar de las circunstancias adversas, Dios esta en control de nuestras vidas.
Para la Gloria de Dios, amén.