viernes, 14 de julio de 2023

Caso de encefalitis y como Dios me sanó.

Diana Segovia comparte su historia de como Dios la sanó de una encefalitis
Diana Segovia

Dios me sanó de mi encefalitis

Yo contaré acerca de un punto importante en mi vida, un momento en el que Dios me marcó mucho. 

Fue en enero del 2007, cuando de pronto me dio una enfermedad muy grave llamada encefalitis viral, esto es una inflamación del cerebro por alguna bacteria que entro hasta ahí.

Y muchas cosas que les contaré es lo que me han contado mis papas y mis amigos ya que yo no me acuerdo específicamente de todo lo que sucedió.

Recuerdo que un día después de la prepa me empezaron a doler mucho los empeines de los pies: yo lloraba del dolor que tenía y rápidamente me llevaron al doctor, y éste dijo que eran reumas, que era normal que pasara. Después de ir al doctor mi mamá y yo nos fuimos rápidamente a la casa y ahí ella me dijo que metiera los pies a una tina con agua caliente para que se me fuera disminuyendo el dolor, pero esto no pasó ya que cada vez me dolía mucho más.

Lo último que recuerdo es que me quedé dormida con un dolor impresionante que ya no podía más con él. Después de ese día ya no recuerdo qué fue lo que pasó, pero mis papás me dijeron que al día siguiente ya no reaccionaba igual, hablaba muy lento, caminaba muy lento también y pues ellos se empezaron a preocupar.

Pero después de dos días yo ya estaba completamente en cama, ya no hablaba, no caminaba, no reaccionaba ante nada, no conocía a mi hermana, sólo a mis papás, pero ellos me tenían que gritar para poder reconocerlos.

Mis papás me llevaron rápidamente a un hospital y el neurólogo de ese hospital dijo que no tenía nada, que estaba deshidratada y que me llevaran de regreso a la casa. Pero al día siguiente me puse peor, así que me llevaron de nuevo a otro hospital.

Se tardaron aproximadamente un día completo en detectar qué era lo que tenia. Los doctores le preguntaban a mis papás si me había drogado o que si había tenido algún shock traumático, que a lo mejor por eso no reaccionaba ante nada. Pero después de tantos y tantos análisis descubrieron que tenía encefalitis viral.

El doctor salió de urgencias a decirle a mi mama que estaba muy grave, que no tenía muchas esperanzas de vida, ya que esa enfermedad no era cualquier cosa; que les avisara rápidamente a sus familiares para que todos se estuvieran preparando por si yo ya no sobrevivía, o si sobrevivía quedaría con secuelas, como con parálisis cerebral, o paralítica, o inmóvil de algún lado de mi cuerpo.

Como yo soy alérgica a la penicilina y ese medicamento era el que me iban a poner, pues se tardaron mucho más en encontrarme uno que pudiera hacer el mismo efecto. Así es que tuvieron que ir mis papás a otro hospital a conseguir el medicamento y poder dármelo.

Tardé aproximadamente dos días en reaccionar, y para esto, los doctores estaban muy sorprendidos, porque decían que era imposible reaccionar tan rápido, que muchos pacientes se tardaban hasta un mes en poder reaccionar.

Para esto mi mamá les dijo que Dios es muy grande, que muchas personas estaban orando para que me sanara y ya estaban viendo que Dios estaba actuando en mí, y por supuesto que los doctores estaban sorprendidos.

Fueron muchas personas de comunidad a visitarme, tantas que las enfermeras estaban impresionadas de que era la única paciente que tenía tantas visitas. De estas visitas me acuerdo muy poco, pero en esta situación se ve el gran amor que Dios nos tiene a través de nuestros amigos y hermanos que están con nosotros en las buenas, pero incluso en las malas, y que nos apoyan incomparablemente.

Algo importante que pasó también es que estando ahí en el hospital, yo veía ángeles alrededor mío, que estaban orando por mí, y luego me quedaba dormida porque el medicamento era muy pesado. Pero después me despertaba y le preguntaba a mi mamá que a dónde se había ido toda esa gente que estaba orando por mí, y claro que ella me decía que no había nadie porque sólo yo podía verlos.

Otra cosa es que soñé que entraba a un cuarto con muchos niños ardiendo en temperatura y a punto de morir, yo me dirigía hacia una niña, le imponía mis manos y oraba un momento por ella, y después de eso la niña se sanaba, se le quitaba la temperatura. Recuerdo perfectamente que desperté y le dije a mi mama: Ve y dile a la señora del cuarto de al lado que su hija que tiene mucha temperatura y que tiene la misma enfermedad que yo, se va a sanar, a pesar de todos los infartos que ha tenido". Mi mamá tardó en decirle, pero de tanto que yo le insistía fue y le dijo a la señora, y como un mes después de ese sueño que tuve la niña se sanó por completo, no tuvo ninguna secuela en el cerebro, y la verdad fue algo que me impresionó muchísimo de cómo Dios se manifestó a través de un sueño mío.

Después de estar como tres semanas en el hospital empecé a mejorar considerablemente y pude salir de ahí. Llegué a mi casa, me sentía contentísima de poder seguir con vida y sin ninguna secuela, y le daba muchísimas gracias a Dios de la segunda oportunidad que me dio de vivir.

Recuerdo incluso que soñé con mi bisabuela (ella ya falleció) que estaba en un lugar donde había  muchas nubes y lleno de luz y que me decía que estuvieron todos allá orando mucho por mí, que Dios les concedió que yo saliera con vida del hospital y que saludara mucho a mis papas y a mis abuelos, y eso me conmovió muchísimo, el saber que incluso mi bisabuela y todos los que estaban con ella le pidieron a Dios que saliera con vida.

Después de salir del hospital yo le insistía a mi mama que quería regresar a la prepa, y ella al principio decía que no, que ya me daría de baja para que regresara hasta el siguiente semestre ya que había perdido como un mes y medio de clases, pero después de tanto que le insistí me dejó ir, y claro que batallaba mucho para poder subir hasta mi salón y para concentrarme en clases.

Yo estaba en una prepa en la que se presentaba examen todos los días y pues a la hora que tenía que estudiar por más que estudiaba y estudiaba nada se me quedaba. Podía estar estudiando una hora una oración se me olvidaba a los cinco minutos, y reprobaba todos los exámenes. Por supuesto que lloraba mucho por esto.

Hubo un día en la escuela en el que me empecé a sentir muy mal, me dieron unos dolores de cabeza impresionantes y el doctor había dicho que si esto pasaba me llevaran rápido al hospital. Así es que fuimos y me hicieron unos estudios, en los que el doctor me dijo que mis neuronas estaban inflamadas y que por eso a la hora que quería estudiar nada se me quedaba. Me recetó un medicamento para esto; lo tendría que tomar de por vida para poder desinflamar poco a poco las neuronas y poder seguir estudiando. Lo malo de este medicamento es que daba un sueño impresionante, en la escuela yo me quedaba dormida como por dos clases seguidas hasta que mi cuerpo se fue acostumbrando a él.

Recuerdo que mi sueño era poder graduarme junto con mis amigas de la prepa y después de eso irme a hacer Brecha a Estados Unidos, pero cada vez lo veía más lejos, ya que reprobaba todos mis exámenes.

Pero justo una semana antes de que se terminaran las clases pude pasar mis exámenes. Yo estaba contentísima porque pude graduarme en el auditorio junto con mis amigas. Después de eso pude irme un semestre a hacer Brecha a Minnesota, Estados Unidos.

Después de estar tomando el medicamento como un año, si no es que un poco más, fui de nuevo con el doctor y él me mando a hacer otro análisis para checar mi cerebro, y se asombró de que mis neuronas ya no estaban inflamadas. Así es que me mandó a hacer otro análisis extra para estar seguro de lo que estaba viendo, y definitivamente me dijo que sí, que mis neuronas ya no estaban inflamadas y que podía suspender el medicamento que iba a tomar de por vida.

El Señor me tocó asombrosamente con esto de la enfermedad que tuve, ya que definitivamente me dio una segunda oportunidad de vivir, porque incluso quedé sin ninguna secuela; estoy perfectamente bien de salud.

¿Y cómo Dios cambio mi vida? Mi vida cambió impresionantemente, ya que aprendí a valorar muchísimo más a las personas que quiero, a mis amigos, mis papás, mis abuelos, tíos, a mi hermana, primos. Ahora veo que cada oportunidad que se presenta es porque Dios quiso que fuera así.

Y por supuesto que estoy contenta por lo que pasó, porque sé que soy una persona muy amada por Dios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los más leídos