martes, 23 de mayo de 2023

Milagros en la Sierra de Santiago viajando en la 8 x 8

Ismael Galván nos narra su testimonio de cuanto en tiempo de cuaresma tuvo que llevar a el Santísimo a la Sierra de Santiago y experimentó varios milagros
Ismael Galván hijo y Padre

Jesús con nosotros en la Sierra de Santiago

En semana Santa del 2008 varios chavos de MJ se encontraban de misiones en diferentes pueblos de la sierra de Nuevo León como Agua del Medio (Cañón del Álamo), Ciénega de González, San Juan, etc., resulta que comienza un fuerte incendio en gran parte de la Sierra por lo que protección civil se dio a la tarea de evacuar dicha zona, entre las cuales les tocó a dos grupos misioneros de nuestra comunidad ser evacuados. Sin embargo, un solo grupo siguió vivo por allá, para ser específicos fue el grupo que se encontraba en Agua del Medio.

En esos días yo me encontraba en Monterrey trabajando y tenía pensado ir el jueves por la mañana, sin embargo se vino un ventarrón muy fuerte que estaba haciendo que desistiéramos de la idea. Pero el jueves santo, Diana Karen recibe una llamada del Padre Julio Leal, del Cercado, Nuevo León, que le pedía de favor llevara el Santísimo a ese pueblo, por lo que nos animamos a ir.

Fuimos al Cercado a recoger el Santísimo. Y empezamos el trayecto rumbo al lugar, sin embargo, por la Cola de Caballo estaba todo cerrado por el incendio ya que estaba todo desalojado. Nos dijeron que podíamos entrar por la Zona de Coahuila, es decir, llegar por la parte de atrás de la Sierra. No conocíamos el camino, sin embargo nos animamos, yo estaba seguro que Dios no se había subido a la camioneta sólo para pasearse, traer a Dios en la camioneta me daba la seguridad que iba a llegar a ese lugar a pesar de los bloqueos y de la falta de conocimiento del lugar.

Tomamos la carretera a Saltillo y nos disponíamos a desviarnos a los Lirios, cuando por equivocación, en lugar de rodear la plaza principal y continuar por la carretera, me metí al pueblo, de lo cual me percate rápidamente; sin embargo no había forma de regresarme a la carretera por lo que seguí por dentro del pueblo en línea paralela a la carretera hasta encontrar la salida nuevamente.

Cuando me integro a la carretera y miro por el retrovisor, asombrados nos damos cuenta que había un retén atrás de nosotros que no estaba permitiendo a nadie entrar a la Sierra, es decir, que de no habernos equivocado desde un principio nos hubieran regresado en el retén a Monterrey.

La celebración duró poco porque media hora después nos detienen en otro retén de protección civil, donde nos comunican que la Sierra estaba cerrada y que deberíamos volver a Monterrey, para lo cual le argumentábamos a la persona que teníamos que llevar el Santísimo a ese pueblo, que era nuestra misión, y que además teníamos familiares en ese lugar que no sabíamos como se encontraban, y todo esto ante la negativa de la persona.

Después de un par de minutos de discusión llegó al lugar el jefe de dicha persona y le comunicaron lo que sucedía, a lo cual él dio la orden enfrente de nosotros que las camionetas 4 X 4 si se les permitieran pasar, a lo cual rápidamente, sin pensar, le respondí que muchísimas gracias, que Dios los Bendiga. 

Apenas avance y volvimos a celebrar porque realmente la camioneta no tenía la modalidad de 4 x 4, pero se la creyeron ya que era una Jeep Liberty; sin embargo, algunas personas que les hemos contado este testimonio nos han dicho que obviamente no era 4 x 4 la camioneta, sino era una 8 x 8 porque traíamos al mero jefe con nosotros (Santísimo).

Total, continuamos por nuestro camino realmente asombrados por lo que nos estaba sucediendo, agradeciendo a Dios de todo corazón está experiencia, cuando más delante nuestra 8 X 8 se comenzó a calentar, por lo cual nos vimos obligados a detenernos en un cañón por donde pasaba un río para tomar algo de agua y ponernos unas chaquetas, cuando de la nada nos alcanzó una patrulla, lo cual nos hizo pensar que hasta allí habíamos llegado. Sin embargo, al bajarse de su patrulla y ver que llevábamos el Santísimo, inmediatamente nos pidieron que continuáramos el camino; posteriormente le dimos las gracias y me dirigí a tomar agua del río, cuando se detiene una camioneta viejita de color blanco y se baja un señor que nos preguntó que adonde nos dirigíamos, a lo que le respondemos que a Agua del Medio, y nos pide que continuemos porque la zona es muy peligrosa. En ese momento no supimos quien era esa persona de la camioneta ni porque se detuvo, pero continuamos nuestro camino hasta que más delante comprendimos el porque del consejo de esa persona.

Bueno, pues continuamos nuestro camino y más delante nos encontramos con una "Y", a lo cual no sabíamos por donde continuar si por la derecha o por la izquierda, y estábamos en medio de la nada, cuando Diana Karen ve a lo lejos un señor prendiendo leña a la orilla de la carretera. Asombrados nos acercamos y nos asesoró por donde continuar.

Continuamos nuestro camino pensando en que ya habían sido demasiados milagros para ese día. sin saber que todavía nos esperaban aun mas de ellos.

Continuamos alegremente por lo que nos había sucedido también con un sentimiento de nerviosismo ya que continuábamos en un lugar que no conocíamos y que no sabíamos ni donde estábamos. Cuando mas delante de entre el bosque sale un señor ya grande jalando un burro. prácticamente salió de en medio de la nada y atravesó la pequeña carretera sin voltear a los lados. para percatarse que no vinieran carros, lo cual me obligó a frenar, y super lentamente cruzó la carretera ante mi deesperación por haber tenido que detenerme.

Mientras el señor viejito tardaba mucho en cruzar el camino, ya que daba tres pasos y se detenía, volvía  a dar otros tres pasos y se volvía a detener, debido a su vejez, voltee a ver el retrovisor y vi que venia una camioneta viejita blanca atrás haciéndome cambios de luces, y el asombro fue cuando nos percatamos que había sido la misma camioneta que se había detenido en el río cuando nos disponíamos a tomar agua. La camioneta se empareja y el conductor nos dice: "Que bueno que los alcance, lo que pasa es que se acaban de pasar la entrada al pueblo al que van, regrésense y entren por ese camino en aproximadamente 50 minutos estarán llegando a su destino". Lo cual agradecimos y volteamos a ver el señor con su burro, pero nuevamente ya se había metido entre los matorrales y ya no lo vimos para darle las gracias por su lentitud.

No cabíamos de gusto y alegría por lo que nos estaba sucediendo, 5 horas y media después desde nuestra salida del Cercado, vimos a lo lejos un pequeño cuarto en medio del bosque y afuera algunas camionetas. lo cual nos indicaba que habíamos llegado a nuestro destino. Cuando bajamos de la camioneta nos percatamos que era la capilla, rápidamente con una cara muy chistosa sale Ramón y toma el Santísimo y se mete a la capilla, a lo cual no hicimos mucho caso debido a que la 8 x 8 continuaba haciendo ruidos extraños, ya que se venía calentando y por el incendio no podíamos detenemos en la carretera.

Minutos después salió la gente asombrada de la capilla y nos daban las gracias, otros te abrazaban y cosas así, lo cual no entendía pero me gustaba el recibimiento de la gente sin conocerme, yo pensaba: que amables son aquí.

Posteriormente, platicando con los chavos misioneros, alegres nos contaban que toda la semana el pueblo había estado orando porque llegará hasta allí el Santísimo, sin embargo ya les habían informado que no iba a llegar debido a que la carretera se encontraba cerrada pero en lugar de perder las esperanzas continuaron orando con más fuerza, y en plena celebración. cuando se disponían a recibir la comunión en forma de oración. precisamente en ese momento entramos con la eucaristía física, por lo cual pudieron hacer la comunión de la manera en la que habían deseado durante toda la semana.

Gracias a Dios por está experiencia que me permitió vivir, por habernos utilizado como instrumento suyo, por haber puesto los medios para poder llegar hasta allí. y sobre todo, por mostrarnos que si permitimos que el nos acompañe en el viaje de la vida, abrirá hasta los mares para llegar al Reino Eterno.

Por si fuera poco, ya de regreso bajando la Sierra en una curva, algo extraño había en el piso, lo cual hizo que la 8 X 8 se patinara de lado y se dirigiera a estrellarse contra el cerro, sin embargo, antes de estamparse, la camioneta se detuvo y se quedó a escasos centímetros de haberse impactado, ¡puro susto!


sábado, 20 de mayo de 2023

Primeros años en El Señor de la familia Castañeda Sosa

Pepe Castañeda nos narra la historia de los primero años en El Señor



Nuestros primeros años en El Señor y nuestro llamado en Jésed

Pepe y Yolanda nacieron en Durango, Durango, México.

Redacta Pepe:

Puedo decir que todo comenzó en 1985. En mayo, Dios me volvió a convertir (ya lo había hecho en 1973), durante unas vacaciones con la familia de Manuel de Urquidi en Ann Arbor, Michigan.

En septiembre viví el terremoto en la ciudad de México, dentro del hospital donde realizaba mi formación, vi claramente cómo Dios me libró de morir aplastado, le di gracias y le prometí que jamás dudaría de su existencia.

En junio me incorporé al grupo de oración que a través de David Mijares, Dios había formado en la ciudad de México con sus padres, con José Luis y Paty Carretero, y con otras personas, al cual poco tiempo después se incorporaron Pancho y Meche García, Jorge y Luma Jaimes, Adrián y Sandra Infante, César y Martha Nelly González.

En octubre (de 1985) Yolanda y yo nos hicimos novios. En mayo de 1996 nos casamos, y ella fue acogida con mucho cariño por el grupo de México, sobretodo por los papás de David Mijares.

En diciembre de 1986 Manuel de Urquidi aceptó que visitáramos la comunidad Jésed durante una semana. Fuimos hospedados por Jorge Mario y Steffana Guzmán, recién casados; su testimonio de vida al igual que el de los numerosos matrimonios con quienes compartimos esa semana, fueron instrumentos que confirmaron el llamado que Dios nos hizo a vivir en Jésed.

Durante el año de 1987 visitamos varias veces la comunidad para asistir a retiros y a asambleas. En octubre de ese año nació Gloria. Sus padrinos son José Luis y Paty Carretero.

En marzo de 1988, terminada mi formación como Médico Radiólogo, nos trasladamos a vivir a Jésed, y de inmediato la comunidad nos invitó a servir en M.C.M., en donde estuvimos durante 14 años.

Los hermanos Octaviano y Aída Flores nos prestaron su casa por dos años mientras trabajaban en Venezuela. Fue algo asombroso pues sin conocernos nos dejaron su casa, con todo lo que ellos tenían, para que la usáramos. En 1990 nació Juan. Sus padrinos son Adrián y Sandra Infante.

Cuando regresaron los Flores, vivimos a dos casas de Alejandro y Norma Vázquez, de modo que los primeros años de nuestros hijos fueron de convivencia diaria con Tito, Wendy y Mariana; hasta que por el crecimiento de los hijos de ambos matrimonios nos cambiamos de casa.

Ha sido una bendición el que desde 1988 hasta 2009 hayamos compartido con numerosos hermanos y hermanas en los diferentes M.C.M. y grupos pastorales, y hemos sido testigos de la entrega y cariño que los y las responsables pastorales de grupo han tenido con nosotros.

Nuestros dos hijos han recibido la formación de Jésed desde que nacieron, hasta que al entrar a la preparatoria optaron por no continuar en la comunidad; sin embargo, participan en actividades no formales y lo hacen con mucho entusiasmo. Estamos muy agradecidos con todos los que dedicaron tiempo para cuidar, atender, enseñar y guiar a nuestros hijos.

Los integrantes de Jésed han sido y son instrumentos valiosos para nuestro caminar en la vida diaria y para poder ir superando las limitaciones humanas y nuestras imperfecciones.


Todo para la Gloria de Dios y de la Bienaventurada Virgen María.


viernes, 19 de mayo de 2023

EI Señor, dueño de todo

Claudia nos narra su testimonio de como había perdido la piedra de su anillo de matrimonio y El Señor se la devolvió
Claudia Lorena Balboa de Quinto y Sergio Quinto

El Señor me regresó el diamante de mi anillo

Nuestro primer viaje misionero a Cuenca, Ecuador había concluido: habíamos pasado una semana sirviendo con un escuadrón de jóvenes de Quito y Guayaquil a nuestros hermanos de Cuenca.

Se había organizado un Curso de Nueva Vida en Cristo enfocado a los hijos de comunidad; el retiro de Cortejo y Noviazgo; unas charlas para los papás de adolescentes. Y estábamos listos para emprender el viaje de regreso en el autobús. Nos esperaban diez horas de viaje, así que nos estábamos acomodando para dormir.

Platicábamos mi esposo, Sergio Quinto, y yo, de las bendiciones vividas en esa semana y cuanto habíamos aprendido. Le agradecíamos al Señor por el viaje y la vida de los chicos. En eso, me doy cuenta que la piedra (diamante) de mi anillo de compromiso no estaba. Le comenté a mi esposo y empezamos a buscarlo. Sólo le comentamos a uno que Otro de los chicos para que no hubiera mucho revuelo en el autobús. Lo buscamos y no apareció.

Mi esposo me dijo: "Amor, entrégaselo al Señor. El nos lo dio y El sabrá cuando podremos recuperarlo". No era fácil para mí. Como muchas mujeres casadas me comprenderán, el anillo de compromiso es más que algo material, representa mucho para nosotras. Y entre lágrimas, orando, se lo entregué al Señor y pude dormir (esto es sólo gracia que Dios me regaló en ese momento: descansar y confiar en El).

Llegamos a Quito al siguiente día. Al llegar a casa, mi esposo me dice: "vamos a desempacar cuidadosamente para ver si la piedra no está por ahí atorada". Mi esposo empezó a desempacar. Y en ese mismo momento yo oré al Señor diciéndole: "Señor, si es tu voluntad que esta piedra se pierda, en tu Nombre lo acepto y te la entrego a ti; pero si es el enemigo quien quiere dañarnos con esto, yo rechazo ese daño y reclamo que esa piedra me sea regresada en este momento en el nombre de Jesús, pues el enemigo no tiene ninguna autoridad en mi vida ni en mi matrimonio."

Cuando terminé de hacer esta oración mi esposo me llamó y me dijo: "¡La encontré! Estaba atorada dentro de una de las maletas" . Hermanos, la manera en que estaba atorada, yo hubiera sentido cuando se me cayó, pues estaba bastante asegurada en el anillo. Esto no fue coincidencia.

¡Yo creo que El Señor me la regresó! ¡Doy honor y gloria a El, que tiene poder sobre todo cuanto existe! ¡El es el dueño de todo lo creado! ¡Y proclamo que sólo El tiene autoridad para hacer cuanto guste en mi vida y en mi matrimonio! ¡Amén!


jueves, 18 de mayo de 2023

Curación del Lupus milagrosamente


María Esther nos comparte su testimonio de como Dios la sanó de la enfermedad del Lupus
María Esther de Sánchez y Gustavo Adolfo Sánchez Galindo

Curación milagrosa por gracia de Dios

En una ocasión, al empezar la Cuaresma, me diagnosticaron lupus dos doctores. Fue impactante para nosotros y vivimos esos días de la mano de Jesús, literalmente padeciendo junto con Él.

Oraron mucho por mí, tanto en la Asamblea Sectorial de la comunidad Jésed, como en MCM, donde servíamos y seguimos sirviendo, y me encomendé al Jesús de laMisericordia, pues en esos días, el sacerdote en una misa nos presentó la devoción a El y nos dio la Coronilla para rezarla.

Y la víspera del Domingo de Resurrección, cuando me iban a confirmar el tipo de lupus para darme el tratamiento adecuado, nos sorprendió el doctor diciendo que en realidad no tenía lupus, que no sabía lo que tenía, pero que los últimos análisis aseguraban que ya no había lupus.

Para nosotros, ese fue otro milagro del Señor, que me quiso resucitar junto con Él y mostrar su poder, su amor por nosotros y su misericordia infinita para gloria suya.

 


miércoles, 17 de mayo de 2023

Dios me consiguió pareja

Ramón y Teyra nos comparten su testimonio de como Dios los unió.
Ramón Vargas Mejía y Teyra Cabrera de Vargas




Bien sabe Dios la necesidad que de ella tenéis


Teyra: Al llegar a mis 25 años me encontré en un gran predicamento, ¿me llegaré a casar? Yo estaba dentro de una relación donde el hermano no se decidía, y yo no podía seguir esperando, porque en el fondo sabía que no era lo que Dios quería para mí. Así que opté en dar por terminada esta relación, aún de amistad.

Esto me llevó a un encuentro profundo con el Señor (siendo honesta) y a pedirle que El me mostrara el hombre que El quería para mi vida, y que desde ese momento yo dejaría de interferir de acuerdo a mis principios como: quiero que mida tanto, que sea así, que hable como a mí me gusta, que haga lo que yo quiero, etc. Y yo lo iba a aceptar, pues El sabía lo que yo necesitaba. Esto sucedió después de que el Señor me daba la lectura de Mateo 6, 26-34, donde dice que ni las aves del cielo siegan ni cosechan y Dios las alimenta, ni los lirios del campo hilan y crecen y se visten de esplendorosas vestiduras, y dice cuando más a vosotros hombres de poca fe. Pues bien sabe Dios la necesidad que de ella tenéis.

Esta fue la frase que más se me grabó: "Bien sabe Dios la necesidad que de ella tenéis" . Lo único que le pedí fue: "Señor sólo te pido que en el momento en que me lo envíes, que él me saque completamente de onda, y que yo sienta que viene de ti".

Esa misma noche había un retiro y como yo no creí que llegaría tan rápido, me fui en unas fachas, que hasta mi hermana me preguntó: "¿Así te vas a ir?" Le contesté: "¿Y tú crees que después de lo que hoy pasé vaya a salir con alguien, ni aunque me rueguen? Además, siempre me arreglo y nadie me invita, por un día que vaya así no pasará nada . Y me dijo: "Por lo menos péinate".

Durante todo el retiro el Señor me habló, pues se trató de que realmente Dios sabe lo que cada uno necesita y esto se confirmó. Al terminar el retiro, un hermano con el cual yo no hablaba, pero sabía que era amigo de mi cuñado, se le acercó a mi hermana para decirle que me iba a invitar a cenar y ella le dijo: "No creo que puedas" (sabiendo por como estaba yo de enojada). Pero Dios también trabajó en él. 

Ramón: Yo había estado buscando a alguien dentro y fuera de la comunidad (tuve varios intentos con los cuales no me acoplé pues no la veía como una mujer para mi vida); hasta que un día, después de salir del trabajo, me puse a platicar con el Señor: "Ya estoy cansado de buscar afuera, de buscar adentro, o se ponen sus moños o de plano soy un tipo que no le cae bien a nadie. Y todos lo de mi generación ya están casados. ¿Y yo qué? ¿Qué va a pasar con mi vida? Y le reclamaba al Señor porque no encontraba a una mujer a la cual le cayera bien y me cayera bien, con quien pudiera formar una relación con ella, etc.

En ese momento recordé que había un retiro con John Keating y lo iba a traducir David Mijares, y me gustó la idea porque arman un buen equipo y con la traducción se pone más emocionante.

Y aún cuando estaba todo sucio porque trabajaba con máquinas, me anime a ir, ¿qué podía pasar? Al llegar al retiro la plática trataba de que el Señor sabe bien lo que cada uno necesita. Y yo reiteré: "¿Si sabes bien lo que necesitó porque no me dices con quien?" El Señor en ese momento me dijo: "Voltea, ahí está" . Y volteé y vi a Teyra y dije: "¿Ella? No creo" . Solo sabía que era cuñada de mi amigo Chuy. Y le dije al Señor: Si acepta salir conmigo sabré que es ella, sino yo busco por fuera".

Como a Teyra no la conocía muy bien, trate de hablar con ella, pero ella estaba muy ocupada y me dijo: "Espérame tantito", y se fue.

Yo me quedé parado y le dije al Señor, ya vez no es para mí. Y el Señor me dijo: "¿Eso es un intento?" Por lo que decidí intentar otra vez. Esta vez, como su hermana estaba ahí, me acerqué para saludarla y a sacarle un poco de plática, y como estaba cerca de la puerta pensé que la estaba esperando y le comenté: "Te apuesto a que invito a tu hermana a cenar:" Y se atacó de la risa. En eso llegó Teyra diciendo, "Vámonos se nos hace tarde y nos van a dejar" . Bajamos las escaleras, le puse la mano en la espalda a Teyra y le dije: "SÍGUEME LA CORRIENTE", Teyra me vio y siguió bajando las escaleras, y me siguió la corriente diciéndole a su hermana que Sí me iba a acompañar a cenar, y que a su hermana ya la iban a dejar, así que mejor corriera, y su hermana se fue.

Y ella volteó y me miró, y dije: "¿Sí es?" Y me dijo: "Ya estuvo bueno de bromas, ya me voy", y le dije: "¿Con quien? Ya te dejaron, mejor te invito a cenar." Y nos fuimos.

Teyra: Cuando Ramón me tocó la espalda y se me acercó al oído y me dijo: "SÍGUEME LA CORRIENTE", yo pensé: este sí me sacó completamente de onda.

Y escuché que el Señor me dijo: "Es él". Y cuando sentí su mano en la espalda, lo supe y dije: ¡Tan pronto! ¡No puede ser!"

Pero así fue, después de 12 años de estar los dos en la comunidad y no habernos visto, Dios nos unió y nos mostró que El sabe bien lo que cada uno necesita.



viernes, 12 de mayo de 2023

Dios bendice a su manera

Claudia Balboa nos relata como Dios nos bendice a su manera, quiere lo mejor para nosotros
Claudia Lorena Balboa de Quinto

Dios bendice a su manera, EL quiere lo mejor, lo mejor de lo mejor para sus hijos

En el 2003, pronto a cumplir tres años de casados, nos dimos cuenta que no podíamos embarazarnos, que nuestros cuerpos, aun gozando de excelente y total salud, simplemente, sin explicación médica, no estaban listos para procrear. Al inicio fue difícil aceptarlo, no podía estarnos sucediendo, al rato llegarían los bebés, todo era cuestión de orar, esperar, relajarse y confiar, confiar y confiar.

Sin embargo, la espera se alargaba aun más cada mes, no era fácil.

Para muchos a nuestro alrededor era tan fácil concebir, tan fácil embarazarse, tan fácil tener el primer hijo, luego el segundo y ¿nosotros? ¿Dios se habría olvidado de nosotros? No, no era posible, El nos amaba, nos había escogido para formar un matrimonio, era su plan que formásemos una familia... y sin embargo, los hijos no llegaban. Fue un tiempo difícil donde Dios nos fue llevando por la negación (especialmente mi negación a aceptar que los hijos no llegaban) y el dolor, hasta la aceptación gozosa de su voluntad.

Fue un peregrinar acompañado de lágrimas, purificación y dolor, pero también de la presencia de nuestro Señor, amándonos, cuidándonos, aclarándonos todo; fue un peregrinar donde entregamos el anhelo de los hijos a nuestro Señor, El nos lo estaba pidiendo y su gracia nos fortaleció. Lo amábamos a El y estábamos dispuestos a amar su voluntad, sabiendo que su gracia nos fortalecería y confiando en que Dios todo lo permite para el bien de los que le aman Romanos 8,28.

Entonces, Dios no podía estarse equivocando, El tenía un plan perfecto de amor para nuestro matrimonio y por ello estaba permitiendo todo. Así, confiando en El nos abrimos a Su voluntad, aceptando que los hijos no llegaban, y que tal vez nunca o algún día llegarían; nuestros corazones estaban en paz; nuestra vida matrimonial estaba completa, nos teníamos el uno al otro, y Dios nos pedía hacernos felices mutuamente, vivir para honrar al cónyuge, alcanzar la santidad juntos. Aun sin hijos, Dios nos estaba bendiciendo, ¡pero a su manera!

Al inicio del año 2006, una breve oración susurró mi corazón, una oración breve, sin reclamos: "Señor, sé que tienes un plan para nuestro matrimonio sin hijos, si es tu voluntad, muéstranos que quieres de nosotros".

Jamás imaginé lo que vendría. En febrero 2006, en un retiro con universitarios, Dios empezó a responder con una palabra que nos regaló diciéndonos que algo grande venía, que El estaba buscando quien estuviese dispuesto a una renuncia fuerte y dolorosa, y que El prometía estar ahí.

Dos días después, nuestro queridísimo amigo y Siervo de la Palabra, David Mijares, nos hizo una invitación (sólo era una invitación) a irnos un "tiempecito" como misioneros para trabajar con la juventud en el Centro Regional Sur en Ecuador.

Había una necesidad, y en una conversación, nuestro buen amigo y también muy queridísimo, Pepe Vázquez (Siervo de la Palabra), quien sabía del anhelo que albergaba nuestro corazón de ser misioneros, lo había compartido con David (¡como Dios hace que los caminos se crucen!).

De esta manera la invitación llegó a nuestras vidas y la cuaresma del 2006 fue el tiempo para discernir el llamado que Dios nos estaba haciendo. Terminado este bendito tiempo, tomados de la mano del Señor y uno del otro, aceptamos la invitación e iniciamos la aventura misionera.

Lo que para el mundo pudiera resultar una "desgracia", "una falta de algo", Dios la ha transformado en una bendición y en un llamado. Somos un matrimonio libre de hijos (como leí en un libro, no quisiéramos mas decir "sin hijos" porque da la connotación de que algo nos falta, y no es así, no nos falta algo, estamos completitos; por ello preferimos decir libres de hijos), así Dios nos ha llamado hasta este momento y así hemos de servirle. Con una convicción fuerte en nuestra mente y corazón que esto es plan de Dios, y EL no se equivoca.

EL quiere lo mejor, lo mejor de lo mejor para sus hijos, y queremos por ello hacer vida en nosotros su voluntad, para su gloria y para su honra, ¡para eso fuimos creados!

Si en algún momento llegasen los pequeñines, gloria sea dada a Dios; y si no llegasen nunca, gloria sea dada a Dios... nuestro gozo, nuestro fin último como matrimonio es glorificarle con nuestras vidas. Amén.


jueves, 11 de mayo de 2023

Dios es fiel

Iván Vargas nos explica la dificil situación económica que pasó y como Dios provee en situaciones dificiles.
Jesús Iván Vargas

Dios es fiel y tiene el control de nuestras vidas

Dios Provee


Priscila y yo nos casamos en 1996, y desde que éramos novios, habíamos hablado sobre la posibilidad que si Dios nos daba hijos pronto, Priscila dejaría de trabajar para dedicarse tiempo completo a la crianza.

Recién nos casamos quedamos embarazados, y pues, Priscila dejó de trabajar fuera de la casa. En aquel tiempo, el trabajo donde yo estaba me daba un ingreso bajo, además que llegó un momento en que empezaron a pagarme en frecuencia mensual (1 ves al mes).

Pasó el tiempo y quedamos embarazados de nuestro segundo hijo. Ya con un segundo hijo, las necesidades de la casa aumentaron y yo seguía con el mismo sueldo y pagos mensuales. Muchas veces, faltaban muchos días para el siguiente pago, y literalmente ya no teníamos dinero para las necesidades básicas.

Quiero decirles que en aquel tiempo, continúe dando el diezmo (10%) aún a pesar de tales situaciones. Fueron muchas las situaciones donde ya no teníamos dinero, y de repente, llegaba algún hermano o hermana, y nos daba "vales de despensa", lo que nos ayudaba bastante.

La situación que más recuerdo es que un día estábamos en la casa, precisamente haciendo cuentas de la economía, y nos dimos cuenta de nuevo que ya no teníamos dinero, y todavía faltaba como 1 semana para el siguiente pago. Fue en ese momento que estábamos sumamente preocupados, cuando alguien tocó a la puerta de la casa. Era un viejito que ofrecía unos arreglos para la casa. Le dije que me disculpara, pero que no tenía dinero, y me contestó casi llorando que le ayudara porque ese día no había comido. Le dije que lo único que tenía en mi pantalón eran $5 pesos y que se los daba.

Hermanos, jamás olvidaré el momento en que le di el dinero. Empecé a tener un escalofrío muy intenso en todo el cuerpo. El viejito me dio las gracias. Inmediatamente comprendí que ese viejito era realmente Jesús que nos vino a visitar. Le dimos gracias a Dios, Priscila y yo, por ese momento y le pedimos su ayuda.

Días más tarde, en mi trabajo, me mandó llamar el dueño de la compañía donde trabajaba, y me informó que me daba un aumento de $500 pesos al pago mensual. De momento, no relacioné las cantidades, pero después al pensar en eso, comprendí que Dios respondía a nuestras oraciones y que no nos dejaba en el abandono.

En fin, por medio de esta situación, me hizo entender que aún ạ pesar de las circunstancias adversas, Dios esta en control de nuestras vidas.

Para la Gloria de Dios, amén.



miércoles, 10 de mayo de 2023

Nada es imposible para Dios

 

Bernardo Carmona y Diana Perla Zamora de Carmona nos cuentan su testimonio de como Dios les regaló el don de ser padres.
Bernardo y Diana Carmona

Nada es imposible para Dios... La promesa cumplida 

Nos conocimos sirviendo en la misión de Ven y Sígueme y nos casamos el 7 de Marzo de 1997. estamos casados y tenemos la fortuna y el privilegio de tener 2 preciosos hijos, Bernardo Emmanuel y la menor, Diana Alexia.

Al casarnos, buscamos como algunas parejas el acoplarnos y el dejar un año para inmediatamente después tener hijos; como si pudiera lograrse con el sólo hecho de desearlo.

Buena fue nuestra sorpresa que, al buscar el embarazo por todo un año; el deseo (y ahora, convertido en anhelo) no llegaba a fructificar, y no lográbamos el objetivo. Empezamos a preocuparnos un poco por tal situación y buscamos la orientación y ayuda de la ciencia médica.

Iniciamos la búsqueda del "problema" con la asesoría de un ginecólogo; ambos nos sometimos a análisis. En agosto del 2000 Diana se sometió a una cirugía de exploración para ver que ocurría, y el resultado fue causa no explicada. Dos años después fue necesaria otra cirugía, pues los medicamentos ocasionaron la formación de un quiste en un ovario.

Durante todo ese tiempo, esperábamos con ansiedad después de la primera operación, que ocurriera ahora el tan anhelado embarazo; para que se cumpliera lo que el Señor nos pedía al casarnos, multiplíquense... (¿Pero cómo?, si no podemos...).

Cada 28 días o un poco más, venía el desencanto por no venir el embarazo. Tal situación nos llevó y diríamos, nos orilló, poco a poco y cada vez más, a buscar ir a misas de sanación; hermanos y hermanas muy queridos oraban por nosotros e intercedían para que el Señor nos concediera el don de ser padres. 

El Señor permitió esto para que descubriéramos un Dios vivo entre nosotros y que estaba muy al pendiente de nuestra necesidad, pues El nos concedía muchos regalos espirituales y sobre todo nos prometía la bendición de los hijos; usaba a los hermanos e incluso personas que ni siquiera nos conocían, y nos daba esos pequeños detalles de su amor infundiendo en nosotros una fe expectante a través de palabras proféticas, citas bíblicas, visiones.

ÉI nos mostraba y nos decía que esto que pasaba era para que se manifestara la gloria de Dios en nuestras vidas y que en el tiempo de Dios podríamos ver su promesa hecha realidad, pues es imposible que Dios deje de cumplir sus promesas. El, en su infinito amor misericordioso, nos estaba formando y puliendo, pues fuimos como barro en manos del alfarero todo ese tiempo.

Por otro lado, ya habíamos iniciado con entrevistas, pláticas y Ilevamos papeles para tramitar la adopción de algún pequeño. Pasaron unos larguísimos 7 años para ver una manifestación documentada, palpable, genuina y maravillosa que el Señor nos regaló, en su bondad.

Un viernes 12 de septiembre del 2003, fuimos ambos a una plática que impartió un Sacerdote Franciscano, llamado Joseph Scerbo, junto con el traductor, también sacerdote, Presbítero Hinojosa, sobre el poder de la oración en la práctica médica dirigida al sector salud.

Al final de la plática; nos acercamos a él y le comentamos nuestro caso, y le solicitamos que orará por nosotros en algún momento de sus oraciones, y ni tardo ni perezoso, nos dijo: "Vamos a orar". En ese preciso instante, nos tomó de las manos; estábamos los 3 arriba del estrado. orando. De pronto, Diana tuvo un descanso en el Espíritu y pudo ver una luz muy brillante, pero fácil de visualizarla.

Seguimos en oración en el suelo y al final, el Presbítero Joe Scerbo, me invitaba a poner las manos sobre el vientre de Diana y "realmente a creer y dar gracias" de que su útero podía dar vida, y que ese día el Señor había hecho su obra en nosotros.

Nos salimos regocijados con el Señor y con fe de que había hecho lo que tanto anhelábamos.

El domingo 21 de septiembre del 2003, en una Asamblea General se expuso el Santísimo; se pidió que se pasara para hacer oración por las hermanas y los hermanos que tuvieran alguna necesidad, enfermedad, etc. Diana pasó y oraron por ella. Uno de los hermanos recibió una palabra del Señor (palabra de conocimiento) donde decía que Dios estaba bendiciendo a una mujer que tenía años sin poder concebir, y en poco tiempo iba a poder embarazarse. Sabíamos que se refería a Diana, a nosotros.

Al mes aproximadamente de la oración inicial, al ver el retraso de la menstruación, al platicar con el ginecólogo y al ver los resultados de los exámenes, confirmamos lo esperado: estábamos embarazados.

Al ir con el doctor, después de unos días, vio los resultados no adecuados para embarazarse: el perfil hormonal; y realizó una ecografía a Diana donde pudimos apreciar los latidos de un nuevo ser, de nuestro primer hijo, de la promesa cumplida. El mismo confirmó y nos dijo que nosotros éramos testigos del poder de Dios y dijo textualmente: "Una mujer con estos niveles hormonales es imposible que pueda embarazarse médicamente, pero para Dios nada es imposible" . Los análisis mostraban que ese mes no había ocurrido la ovulación; sin embargo, sí era un embarazo confirmado. Y esto, mis hermanos, sólo Dios lo puede hacer pues solo ÉI es el dueño de la vida y solo ÉI tiene el poder de darla y quitarla.

El Señor cuando hace las cosas las hace completas, y no se le pasa ningún detalle: a los ocho meses de edad de Bernardo Emmanuel, recibimos la noticia de otro maravilloso regalo del Señor para complementar nuestra familia con una preciosa niña, a la que le pondríamos, Diana Alexia; en ese momento entendimos la cita de Jeremías 54, que fue una de las muchas palabras que el Señor nos regló durante este tiempo.

Para gloria de Dios, dimos testimonio en una Asamblea General el día 5 de octubre del 2003.

¡Bendito sea el Señor! ¡La Gloria sea para ÉI!


La bendición de recibir oración





Carmen Ríos de Zamora nos comparte su testimonio de como Dios la sanó de cargas emocionales por situaciones de su vida
Carmen Ríos de Zamora


Dios me liberó gracias a la intercesión de grandes hermanas.


Me sentía culpable por tener que regañar a mis hijos y me acordé que Esmeralda Parra hermana en Cristo, me comentó que Evita de González tenía el don de liberación. En retiros ya habían orado por mí, pero todo cambia y hay que ir calibrando conforme crecemos.

Me propuse ir con ella, le llamé y platicamos, después oró por mí y, para mi sorpresa El Señor le reveló lo siguiente: Me vio como "El Pípila" con una "piedrota" que cargaba desde que tenía 10 años, me decía que le entregara esa carga a Cristo que llevaba todos estos años. Llevaba ya como 30 años cargando esta "piedra".

Como antecedente, soy la mayor de cuatro hermanos: somos dos mujeres y dos hombres y le llevo diez años a mi hermana menor.

Mi mamá trabajaba de maestra y yo tenía que cuidar a mi hermana en las tardes.

Me tocó cuidar a mi hermana desde cambiar pañales, lavar ropa con mi mamá, darle el biberón a mi hermana, No me quejo, tenía que ayudar a mi mamá.

Me pasaron dos accidentes al cuidar a mi hermana que me marcaron y me hicieron sentir culpable. 

Estos accidentes y el cuidar a mis hermanos provocaron que fuera aprensiva con mis hijos: el primero fue cuando mi hermana tenía alrededor de 3 años, se enterró en la garganta un lápiz al tropezar. Fui al hospital que estaba a una cuadra de mi casa. Solamente le recetaron nieve para que cicatrizara el agujero de la garganta. Gracias a Dios, el lápiz no atravesó nada más.

En otra ocasión, se quemó la mano cuando abrió la olla de presión con frijoles adentro. No me di cuenta. Acercó una silla y abrió la olla. Le puse algo para la quemada y la llevé al hospital.

La tía Evita oró por mí y esto me dio paz en mi corazón; incluso me dijeron mis hermanas de grupo que me veían más tranquila, más serena.

Además, el Señor me sanó en esta Semana Santa. Lorena de Ayala y Dalia Prieto hicieron oración por mí.

Me estaba fallando el riñón y el hígado; también tenía varias infecciones, la progesterona alta, lumbalgia, presión baja y muchas cosas más. Sólo me quedó una colitis, pero de lo demás el Señor me sanó en un lapso de 15 días.

No lo podía creer cuando fui con el homeópata, el Dr. Edelmiro, y me dijo que ya no tenía nada. El domingo en la asamblea Dalia oró por mí y el lunes siguiente fui a consultar. 

¡Gloria a Dios por su misericordia y su amor! Amén.


martes, 9 de mayo de 2023

Dios me sanó a través del perdón

Coty Soto de Gámez nos comparte como a través del perdón recibió la gracia de la sanación


Dios me sana a través del perdón

Coty Gámez


Cuando tenía tres meses de embarazo de mi último hijo, el doctor me diagnosticó que tenía infectada la matriz, y le mostró la infección a mi esposo. Yo no podía recibir medicamentos para la infección pues peligraría el bebé.

Al saber esto, nos llevaron a mi esposo y a mí con un hermano para que orara por mí.

Este hermano hizo una oración de perdón, y dijo que perdonáramos todo en el nombre de Cristo, y que nos pidiéramos perdón uno al otro y así lo hicimos.

En ese momento sentí algo en mi vientre, lo sentí muy caliente, como que algo me quemaba.

Después, fuimos con otro doctor a consultar una segunda opinión, me revisó y dijo: "Usted no tiene nada, la matriz está bien limpia". Y se la mostró a mi esposo.

Gracias a Dios mi hijo cumplirá 10 años en julio, él ama mucho a Dios, y es mi motor.


¡Gloria a Dios que escucha nuestro clamor! Amén.


viernes, 5 de mayo de 2023

Lecciones sobre la evangelización

El Siervo David Mijares nos comparte su testimonio de como Dios le dio dos grandes enseñanzas en la evangelización
David Alberto Mijares


Lecciones sobre la evangelización

David A. Mijares

Cuando llegué a Michigan (a los 24 años de edad) para conocer la Hermandad de los Siervos de la Palabra, a las pocas semanas, junto con dos o tres hermanos más que sabían hablar español (Carlos Anderson, Myriam Torres) decidimos intentar comenzar una misión de evangelización orientada a los latinos estudiantes de la Universidad de Michigan en Ann Arbor. Ya de tiempo atrás, Dios había puesto en mi corazón un deseo muy grande por evangelizar, por llevar el mensaje del Reino de Dios a cuantos más pudiera; un fuego ardía en mi corazón. Pero ese fuego, ese celo necesitaba ser purificado, necesitaba aprender a depender de Dios, necesitaba crecer y madurar.

A continuación relato un par de historias (entre muchas más) que Dios usó para irme formando en este gran mandato de ir y hacer discípulos a todos los confines de la tierra. Están escritas como si hubieran sucedido hace unos cuantos días, ya que casi en su totalidad, es una transcripción de lo que escribí en aquel entonces.


1a Lección: ¿Qué es lo más valioso que puedo ofrecerle a un ser humano?

El otro día (1984), íbamos un hermano Siervo y yo rumbo a una granja, a donde usualmente vamos a descansar una vez a la semana. El camino estaba lleno de nieve y conducir en esas condiciones es muy peligroso y por lo mismo, con frecuencia, hay accidentes. Dicho y hecho, vimos una camioneta "pick-up" volteada y a las personas que iban dentro tratando de salir. Nos paramos para ver si les podíamos ayudar en algo. Según nos dijeron, el accidente había sucedido tan solo unos cuantos minutos antes. Gracias a Dios no hubo ningún herido. Era una pareja, que al parecer regresaban de un bar o de una fiesta. El hombre estaba bastante borracho y la mujer estaba un poco más sobria, aunque no tanto. Les ofrecimos llevarles a casa de la muchacha, ya que parece que ahí podrían conseguir otro carro y llamar por teléfono.

Del lugar del accidente a la casa de la muchacha eran como 20 minutos en carro. Mientras íbamos conduciendo, el Señor me dio una inspiración que se me quedó muy grabada, y que me llevó a pensar: "¿Qué es lo más valioso que yo pudiera darle a esta pareja? ¿Qué puedo ofrecerles que pudiera cambiar sus vidas?" En mis adentros reflexionaba: Quizás vayan a recordar que unas personas muy buenas les ayudaron, o que esas personas eran muy simpáticas, o que tenían una conversación muy amena o que su personalidad era "irresistiblemente atractiva" , etc. Pero comencé a darme cuenta, en mi discurso interior, que ninguna de esas cosas podía llegar a hacer una diferencia significativa en sus vidas.

Eso me permitió poder comprender con gran claridad la gran verdad (y tan sencilla también) que lo único que puede llegar a cambiar radicalmente la vida de un hombre es Jesucristo; su amor y el plan perfecto que El tiene para todo ser humano.

Un pasaje que se me vino a la mente fue el del Evangelio de Juan 10:10 que dice: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". ¿Qué esperanza tienen ellos en la vida, qué cosas están buscando para darle sentido a su existencia... fiestas, alcohol, drogas, sexo? Necesitan "algo" o "alguien" que les ayude a entender el propósito para el cual fueron creados y la vida a la cual están siendo llamados en Cristo.

Todas estas cosas pasaban por mi mente...

En ése momento no pude sino tratar con todas mis fuerzas de comenzar a hablarles de Jesucristo. Les pregunté si eran cristianos, y eso fue abriendo la comunicación poco a poco. Desafortunadamente ya no hubo mucho tiempo, porque al poco rato llegamos a nuestro destino y no pudimos terminar la conversación que apenas comenzaba. Pero afortunadamente, Dios aprovechó este incidente para darme una lección que espero nunca olvidar: que el regalo más precioso que le podemos dar al hombre, que lo más valioso que yo puedo ofrecerle a un ser humano es a Cristo, y que debo aprovechar lo más posible las oportunidades que él me da para llevar su mensaje a los demás. ;Qué privilegio tener verdaderamente lo más valioso a nuestro alcance y poderlo ofrecer a los demás! ¡Que privilegio haber sido convocados por Dios mismo para ser mensajeros suyos, para ser sus embajadores!


2a Lección: El poder de la oración y el control de Dios sobre las cosas.

Hace unos meses (también en 1984), conocí a un joven costarricense en un Instituto para aprender Inglés. Comenzamos a tener una muy buena relación, y en una ocasión, jugando basquetbol, se lastimó el tobillo. Estuvo muy cerca de habérselo fracturado.

El médico le recomendó que anduviera en muletas por varios días, así que me ofrecí llevarlo en carro a clases para que no tuviera que caminar tan lejos en muletas.

La primera vez que fui a recogerlo, me preguntó si no podíamos darle un aventón a un amigo suyo de Colombia, llamado Oscar, que también estudiaba en el mismo instituto de Inglés. Le dije que con mucho gusto, pensando en mis adentros que podía ser una buena oportunidad de conocer a otro latino para llevarle oportunamente el mensaje de Jesucristo. Es su historia la que ahora te cuento.

Llegando al coche, me encuentro con la sorpresa de que me habían multado por haberme estacionado enfrente de una torna de agua (de esas que se usan en casos de incendio). Para colmo, era el tipo de multa que no podía reducirse, ni siquiera pagándola el mismo día. Este incidente hizo que estuviera poco atento a la conversación con Oscar en el coche, Sin embargo, sabía que si no le pedía el teléfono o la dirección a este Colombiano, lo más probable es que nunca más lo volviera a ver. En fin, la oportunidad no se presentó y terminamos despidiéndonos, lamentándome por dentro de no haber sido más agresivo para pedirle sus datos.

Un par de días más tarde, sentí que el Señor me estaba inspirando a que pidiera por él. Comencé a hacerlo y le pedía a Dios que me volviera a dar una oportunidad con él, que me pusiera de alguna manera en contacto con él, que me hiciera encontrármelo por ahí... 

Pues dicho y hecho (o mejor todavía: orado y cumplido), dos días después, caminando por la Universidad me encontré con él. De pronto vi venir a alguien que me parecía conocido, pero que no sabía quien era, y no pudiéndome acordar donde lo había visto, lo dejé pasar, pero de pronto me acorde: "Pero si es Oscar, nada menos y nada más". Me volteé, y sin pensarlo le grité fuertemente: "Oscar". 

Gracias a Dios se dio por aludido, pero lo notaba un poco "raro" , por no decir seco e indispuesto. Conversamos un poco y esta vez sí intercambiamos teléfonos. Poco a poco lo comencé a frecuentar. Al principio fue muy difícil, ya que experimentaba un claro rechazo e indisposición de su parte. Después de varios meses supe a qué se debía esto, pero mientras tanto, no fue una relación que al menos al inicio fuera muy agradable y llevadera.

A los meses programamos tener un Curso de Nueva Vida en Cristo, así que comencé a ver la manera de invitar a Oscar para ver si se animaba a asistir al curso. Lo invité, y dijo que estaba muy ocupado con las clases y que se le hacía muy difícil poder asistir. "En fin", dije yo, "Dios sabe lo que hace".

Continué orando por él para que Dios le hiciera ver la oportunidad que tenía de poder acercarse más a Dios a través del curso. A mitad de semana, después de la primera plática del curso (que eran 6 en total), sonó el teléfono y ¿adivinen quién era? Correcto, era Oscar, preguntándome si todavía no era demasiado tarde para participar en el curso, que lo había pensado bien y que había decidido tomarlo. "Si me doy tiempo para otras cosas, ¿por qué no he de darme un tiempo para las cosas de Dios?" , me dijo.

El curso transformó la vida de Oscar. Él entregó su vida al Señor y expresó claramente su deseo de vivir la vida que Dios tenía para él.

El siguiente paso, para los asistentes, era perseverar en los caminos de Dios e irse formando como discípulos, y vincularse con otros hermanos cristianos para apoyarse en su caminar con Cristo. Así que los invitamos a un retiro en el que se les hablaba acerca de lo que es vivir en Comunidad Cristiana y del plan de Dios para el mundo de hoy. Oscar aceptó ir. Yo no pude participar y acompañarlo por que había salido de viaje; pero a mi regreso, me platicaron que Dios los había bendecido mucho y que Oscar quería más y más seguir en los caminos de Dios, y sucedió algo interesante.

Resulta que Oscar compartió durante el retiro acerca de nuestra relación, y del incidente aquél en el que nos encontramos accidentalmente en la calle. Comentó que para ese entonces él ya sabía quien era yo: que era cristiano, que formaba parte de un grupo que se juntaban a hacer oración, y que se llamaba UCO (University Christian Outreach), y que me la pasaba buscando latinos a quien conocer en los institutos de Ingles... Continuó diciendo Oscar que por eso mismo, él había tratando de esquivarme aquella vez: "Yo lo reconocí (a David) a distancia aquella vez, pero me quise hacer el disimulado" . ¿Cómo pudo haberse enterado de esto? Platicando con él, me comentó que ya todo mundo me conocía en los Institutos de Inglés y sabían acerca de nuestro grupo y que por eso todo mundo me rehuía.

Todo esto me hizo pensar mucho acerca del llamado que Dios nos ha hecho de predicar el mensaje del Evangelio, y que podemos contar con que Él hará su parte, hasta en los pequeños detalles, que si bien podemos pasar tribulación y persecución (y la promesa es que en efecto así va a ser), bien vale la pena por que la recompensa será grande en los cielos. ¿Cómo no llenarse de gozo, junto con Oscar, por lo que Dios ha hecho en su vida?

Si conversiones como éstas son la consecuencia de nuestras pequeñas persecuciones, quiera Dios darnos valentía para mantenernos firmes en la misión que él nos ha encomendado de predicar el Evangelio y hacer avanzar su obra. Oscar es ahora una nueva persona.


¡Gloria a Dios!



jueves, 4 de mayo de 2023

Mi segunda conversión

 

David Mijares nos relata de su segunda conversión, su segunda luna de miel, una nueva forma en que Dios se le reveló
David Mijares, Siervo de la Palabra


Mi segunda Luna de Miel, Mi segunda conversión

David A. Mijares

Suelo decir que en mi vida, hasta hoy, he tenido 3 conversiones. Es una manera de decir que ha habido 3 ocasiones muy significativas que han marcado mi vida y mi relación con Dios de manera extraordinaria. Quisiera contarles en esta florecilla la segunda de ellas.

En 1984, cuatro años después de mi "primera conversión", fui a Ann Arbor, Michigan, a conocer a los Siervos de laPalabra y ver si ese era el camino que Dios tenía para mi vida. Llegué a vivir a una casa con otros dieciséis Siervos. Yo era el menor y todos los demás eran grandes personalidades en nuestra comunidad internacional: Paco Gavrilides, John Keating, Bruce Yocum, por mencionar algunos.

A decir verdad, el primer año fue sumamente difícil para mí. Comencé a conocerme más profundamente y eso me llevó a descubrir con mayor claridad algunas de mis limitaciones y puntos "ciegos" de mi persona. ¡Algunos Siervos dicen que todavía necesito una buena dosis de este autoconocimiento y que por eso me van a regalar un espejo, pero eso es tema de otro libro!

Entre las cosas que descubrí acerca de mí mismo es que no me es tan fácil acoplarme a otras culturas y vivir en un país en donde el lenguaje principal no sea el español. Me cuesta trabajo adaptarme. Por éstas y otras razones, me resultó difícil llegar a "sentirme en casa" viviendo con mis hermanos Siervos.

Al cabo de un año, esta situación seguía siendo difícil para mí. Un par de meses después, durante la Cuaresma, llegaba el tiempo de tomar una decisión de seguir o no adelante en el proceso de formación. Debido a la confusión que tenía y a los retos que experimentaba, decidí no continuar con ellos y así lo anuncié a mis hermanos.

 Sin embargo, pocos días después tuve una experiencia que es la que yo llamo mi segunda conversión y que quisiera relatar a continuación:

En Cuaresma, los Siervos de la Palabra solemos tomar al menos un fin de semana de retiro. Fue durante este retiro en la Cuaresma de 1985, que el viernes, después de la oración de la noche (las "Completas"), como a eso de las 10:30 p.m., me quedé un momento más pidiéndole al Señor que me revelara más acerca de su persona, que quería conocerlo más, que deseaba adentrarme más en mi relación con Él.

Estuve en silencio orando por unos minutos, y ya cuando estaba apunto de retirarme del "cuarto de oración", comencé a experimentar a Dios de una manera muy especial y diferente. La imagen que continuamente se me venía a la mente era la de Dios como un padre a quien uno llega al final del día a platicar con él, acerca de cómo le había ido a uno durante el día. Y me hacía preguntas como las siguientes: "¿Cómo nos fue hoy?" (En lugar de: ¿cómo te fue?) "¿Cómo nos fue en esta actividad que normalmente no te gusta mucho? ¿Cómo nos fue con fulano de tal, O en esta charla que tuviste que dar, o en este reto que quiero que abraces, O en esta situación en la que a veces tiendes a impacientarte o te da miedo, etc.?" Lo nuevo, lo revelador, es que experimentaba que me hacía estas preguntas impregnadas de un profundo amor por mí. Al mismo tiempo que me las hacía, me decía: "Pero recuerda que te estoy poniendo en estas circunstancias para entrenarte y formarte en tu carácter, para que de esta manera puedas asemejarte más a mí, para que crezcas en santidad. . .

En todo esto, no experimentaba a Dios condenándome o juzgándome, sino más bien, como alguien que estaba completamente de mi parte y a favor mío, que me decía: "No olvides que estamos en esto juntos, que estoy contigo, que vamos a salir adelante echándole ganas; recuerda que soy yo el que está haciendo el plan para tu vida, que las circunstancias soy yo quien las está escogiendo para entrenarte y formarte como mi hijo". Estaba descubriendo a Dios como un padre que quería mi bien, y que tenía un plan perfecto de circunstancias para ayudarme a crecer y a fortalecerme en el carácter de su hijo Jesucristo.

Esto me hacía experimentar una gran confianza de poderle decir sin pena alguna mis luchas y mis victorias: "Pues fíjate que no nos fue muy bien, todavía me sigo desanimando, en esta circunstancia en especial no luché contra las mentiras que me venían a la mente, me dejé vencer por el miedo en tal ocasión,... pero salí adelante en estas otras cosas, no me impacienté con fulano, saqué fuerzas para servir a zutano, etc.". En todo el diálogo, experimentaba a Dios aceptándome plenamente como Padre, no como a un juez,sino como a alguien con quien yo podía tener confianza por saber que deseaba lo mejor para mi vida.

En la oración le decía a Dios: "¿Cómo es posible que antes no viera esta verdad? ¡Estaba ahí y no la veía! ¡Estaba ciego y ahora veo!" Casi podría decir que "descubrí" (experimenté en carne propia) a Dios Padre esa noche, yo, que había dado charlas en el pasado acerca de la paternidad de Dios. Realmente descubrí más de su amor y de su cuidado paternal.

Me atrevería a decir que experimenté su amor como nunca antes lo había hecho. Todavía es fecha que cuando estoy llevando a cabo mis responsabilidades cotidianas, escucho al Señor que me dice, -por ejemplo mientras me preparo para ir a hacer algo de ejercicio-: "Recuerda que también el ejercicio es algo que yo quiero para tu vida, es parte de mi plan para ti, no pierdas de vista que yo soy el que preparo las circunstancias para ti y que estoy contigo aún en medio de tu ejercicio, así que ahí estaré a tu lado mientras vas a correr"; y así en cada una de mis actividades.

Desde aquel día, mi relación con Dios ha sido diferente. Comenzó a tener una dimensión de amor y de saberme acompañado, que ha sido quizás la fuente que más fuerza me ha dado para luchar mis batallas y los retos que he ido enfrentando en la vida.

 Vuelvo a descubrir que la respuesta para vivir nuestra vida en esperanza, es estar bien "conectados" con el Señor. Ahora todas las cosas que suceden, fáciles o difíciles, alegres o tristes, aburridas o no, cansa- das o no, las veo a través de este nuevo espejo de la paternidad de Dios.

Experimento que esta verdad me llena de fuerza y de valor para salir adelante de la mejor manera posible. Ahora, cada circunstancia es una en la que el Señor está detrás de ella queriendo ver cómo "nos va", para enseñarnos a hacerlo mejor la próxima vez: "Recuerda David, que estamos en esto juntos, que yo te he puesto en estas circunstancias (o las he permitido) por que quiero lo mejor para ti".

 

Una segunda "luna de miel" con el Señor, con Dios como mi Padre.¡

Gracias Señor!

miércoles, 3 de mayo de 2023

Regalo de la virgen

María Esther Pérez de Sánchez narra el testimonio del regalo inesparado que hizo la virgen con su familia
Ma. Esther Pérez de Sánchez

Regalo Inesperado de Nuestra Madre María

Esther de Sánchez


En una ocasión, pensábamos viajar en coche a Veracruz, donde vive la familia de mi esposo Gustavo, para recibir allí a unos buenos amigos que venían de España para adoptar un bebé. Ellos necesitaban quedarse seis semanas ahí, y un hermano de Gustavo les ofreció su casa para quedarse durante ese tiempo.

Nosotros los íbamos a recibir y a presentar con toda la familia. Sin embargo, a última hora, a Gustavo se le presentó un trabajo y no iba a poder viajar. Y como teníamos a los niños chiquitos, yo no quería viajar sola manejando, ni en autobús (ya que no hay viaje directo). Lo ideal era ir en avión, pero no teníamos el dinero para ello.

Desolada, le recé a la Virgen preguntándole qué podíamos hacer, y al día siguiente recibimos en la casa un cheque de Hacienda, correspondiente a una devolución de impuestos por el valor exacto de los boletos de avión. Esta devolución estaba muy retrasada, y ya no contábamos con ella.

Viajé con los niños, recibí a nuestros amigos, viví la emoción de la adopción del bebé, y es algo que nunca olvidaré y nuestros amigos tampoco.

Ellos nos agradecen eternamente, porque se sintieron muy arropados por todos nosotros, en un país extraño, al que viajaban para sumergirse en la burocracia sin conocer a nadie.

Y todo gracias a Nuestra Madre Santísima que siempre vela por nosotros.


martes, 2 de mayo de 2023

La bendición de vida y sanación de Gerardo

Gabriela Ríos nos narra su testimonio de la vida y sanación de su hijo Gerardo Ávila Ríos
Laura Gabriela Ríos de Ávila y Germán Ávila


Testimonio del nacimiento y sanación de Gerardo

Laura Gabriela Ríos de Ávila

Pasábamos por una crisis económica y después de haber revisado minuciosamente el presupuesto, mi esposo dijo abiertamente, que ya no deberíamos tener más hijos, no hasta que la situación se estabilizara. Tres semanas después, nos dimos cuenta que estábamos esperando a nuestro tercer hijo. 

Tras la espera y la incertidumbre de cómo le íbamos a hacer, el día del nacimiento llegó, y un varón hermoso y muy risueño vino al mundo, y las muestras de amor y apoyo de nuestro pueblo Jésed no se hicieron esperar.

Desde que nació, Gerardo se ha caracterizado por ser un niño muy tranquilo y alegre, a su corta edad nos transmitía optimismo ante nuestra situación, y pareciera que a través de su sonrisa nos dijera que tuviéramos fe en Dios.

Y así lo hizo, cuando a los 4 meses de edad enfermó de gravedad y tuvo que ser hospitalizado. El diagnóstico era púrpura., causada por un virus y debido a esto, su sistema inmunológico reaccionaba en contra de él. Además, por sus bajas defensas, fue atacado por otro virus y no podían medicarle, porque sus plaquetas bajarían aún más.

El medicamento para elevarle las plaquetas no hacía efecto, y nos alertaron diciéndonos que tendrían que hacer estudios para descartar leucemia si no reaccionaba en unas horas más.

Durante su tiempo en el hospital, Gerardo no paraba de sonreír con las enfermeras y médicos que lo visitaban, y ya se había ganado admiradores; a pesar de su estado físico siempre estuvo contento.

Para nosotros era como la sonrisa de Nuestro Señor Jesús, transmitiéndonos esperanza. 

Afortunadamente, tres días después de haber sido internado, el medicamento comenzó a dar resultado y pudieron comenzar a controlarle la gripe que había pescado.

Habíamos llegado al hospital un sábado por la tarde, y el miércoles lo estaban enviando a casa; controlado pero no sano. Estábamos listos para salir, solamente esperábamos a que llegara mi esposo a recogernos, cuando entró a la habitación de Gerardo mi querida hermana Rebeca de Salazar, que al igual que muchos hermanos y hermanas de la comunidad, estuvo intercediendo por la salud de Gerardo. 

Ella me dijo que iba a orar por él especialmente. Los médicos nos habían dicho que el proceso para que volvieran las plaquetas a la normalidad era bastante largo, hablaron de años, y en ese tiempo habría que tener cuidados especiales. Rebeca sabía eso, y en oración le íbamos a pedir a Dios porque ese proceso fuera lo más corto posible.

Pues, mis hermanos: salimos el miércoles del hospital y Gerardo tenía un nivel de plaquetas poco alentador, pero el viernes que lo llevamos a lo que sería la primera de muchas citas con el médico, Gerardo estaba totalmente recuperado: sus niveles de plaquetas estaban en los niveles normales.

El médico se mostró contento, pero no quería declararlo sano sino hasta ver otro análisis quince días después. Pero mi esposo y yo sabíamos que Dios había escuchado la petición de Rebe y de su pueblo Jésed, para mostrar cuán grande es. Quince días después, el especialista lo dio de alta y delante de nosotros le dio gracias a Dios.

Finalmente, quiero decir que estoy muy agradecida con Dios por formar parte de este pueblo Jésed, porque siempre mi familia y yo nos hemos sentido muy amados por nuestros hermanos, pero el día que enfermó Gerardo, pudimos experimentar la bendición y la gracia de la oración de cada uno de ustedes.

La situación económica va y viene, pero la fe y esperanza en Dios perduran.


lunes, 1 de mayo de 2023

MCM, bendición para muchos matrimonios

Héctor y Esperanza comparten su testimonio de como MCM ha sido bendición para ellos y para muchos hermanos.
Esperanza y Héctor Ayala


MCM, bendición para muchos matrimonios

Héctor y Esperanza Ayala

Era finales del año 1999 cuando mi esposa y yo regresábamos a Misión Católica Matrimonial (MCM) de Lourdes, después de haber estado tres años en receso por cuestiones de trabajo; sin embargo, aún nos emocionábamos con la idea de volver. Agradecemos con todo el corazón a Demetrio y Ana María Mariscal por habernos invitado la primera vez en 1992, y a Concho y Gloria Luna, en esta segunda ocasión.

La verdad no sabíamos lo que nos tenía preparado el Señor, sólo queríamos servirlo y poder regresar un poquito de las bendiciones que nos había regalado sin ningún merecimiento.

A los seis meses de habernos incorporado nuevamente, ya nos habían nombrado moderadores en el Ciclo de Iniciación, haciéndonos cargo de seis parejas de matrimonios, a quienes recordamos con mucho cariño, e incluso todavía frecuentamos a algunos.

Posteriormente se formó un Grupo de Moderadores, en el cual estábamos: Martín y Tinna Farías, Juan Carlos y Cristy Leal, Concho y Gloria Luna, Francisco y Coty Gámez, Armando y Lolys Arredondo, Simón y Celia Buenrostro, y Héctor y Esperanza Ayala.

En cada reunión compartíamos algún tema con el grupo, esto nos servía también como entrenamiento, por si alguna vez nos pidieran participar con una charla en MCM. Ya se imaginarán lo angustiante que resultaba en ocasiones, pues nos poníamos nerviosos y hasta se nos olvidaba el tema, no teníamos idea que esto era sólo el principio de algo, que hasta hoy, no sabemos la magnitud y el alcance que tendrá en los planes del Señor, pues nuestro pensamiento es infinitamente inferior a el de Él.

Casi al término del 2001, el padre Lupito de San Francisco de Asís, pidió a Martín Farías iniciar un grupo de matrimonios como MCM. Casi sin pensarlo, llegó un día muy emocionado con nosotros, y nos planteó la idea de servir en ese proyecto.

Como realmente no sabíamos lo que decíamos, ni a lo que nos comprometíamos, le dijimos que sí, y en ese momento cuatro matrimonios (que ni por mucho éramos los más preparados, y ni siquiera los que espiritualmente estuviéramos en el mejor momento, pero eso sí, muy aventados), emprendimos esta maravillosa aventura que hasta la fecha, ha cambiado nuestras vidas completamente.

Estos cuatro matrimonios somos Juan Carlos y Cristy, Concho y Gloria, Héctor y Esperanza y por supuesto Martín y Tinna. Todos actualmente estamos en la Comunidad Jésed.

En enero del 2002, y como responsable Martín Farías, dábamos inicio al nuevo grupo, después de haber hecho una fuerte campaña de promoción, puerta por puerta.

Llegado el momento, decíamos para nosotros: Con que lleguen unas diez parejas nos damos por bien servidos . Esa noche llegaron treinta y cuatro matrimonios, entre ellos Gerardo y Maye Cardona (que actualmente están en el sector Norte de la comunidad). En la segunda generación, y que ahora están en la comunidad, entraron: Raúl y Martha Gómez, y Juan y Olga Limón, y posteriormente, Alejandro y Flor Quintanilla, Jorge y Lourdes López, y Juan Manuel y Lourdes Domínguez.

Al principio, y como solamente éramos cuatro matrimonios servidores, al formar los grupos fraternos de cuatro o cinco parejas, tomamos cada quien dos grupos. Recuerdo que en las asambleas no contábamos con un equipo de sonido, ni con guitarra electroacústica, así es que con micrófonos de la parroquia y el sonido de la misma, dábamos el servicio que podíamos.

Con el tiempo llegaron más parejas de servidores que venían de MCM Lourdes y se fueron integrando a servir en San Francisco, como Gabriel y Lily Aguirre (actualmente participan en el sector Norte de la comunidad). No supimos como, pero el grupo fue creciendo y creciendo, y llegaban muchos matrimonios sedientos de Dios. Solamente les mostrábamos la Fuente de Agua Viva que no se agota, y de la cual también nosotros bebíamos, y ellos aceptando a Jesús como su Señor, se iban convirtiendo, dejando a un lado su vida anterior.

Podríamos escribir un libro lleno de testimonios, ya que cada uno de los matrimonios tiene su propia historia, y no es por nosotros que permanecen ahí, si no por la gracia de Dios, ya que se saben amados por Él.

A los dos años aproximadamente de haber iniciado, recibimos Martín y un servidor, la invitación por parte de Ernesto Perales, para conocer la Comunidad Jésed y saber si era nuestro llamado. Dijimos que sí, pero para ser sinceros, al principio nos surgían dudas con respecto a continuar, lo único que nos mantenía en ese camino, era que no queríamos ser una puerta que cerrara oportunidades a otros hermanos de MCM San Francisco, que venían detrás de nosotros, ya que aún no se le daba la formalidad de ser una Misión de la Comunidad Jésed.

Esto sólo fue al principio, como un proceso normal de adaptación en la Comunidad, ahora tenemos la certeza de que estamos en el camino correcto, dando pasos, tal vez pequeños, pero firmes.

En la actualidad la Misión de San Francisco se ha multiplicado, ya que gracias a hermanos que han aceptado a Cristo, se fue formando gente verdaderamente comprometida con el Señor, para trabajar en nuevas misiones, abrir nuevos caminos, dar la oportunidad a otros matrimonios de conocer a Jesús; matrimonios que a partir de ese acercamiento, tengan un futuro diferente, que sus hijos crezcan en un ambiente de amor, y se formen familias enteras que luchen por acrecentar el Reino de Dios aquí en la tierra, verdaderos discípulos y apóstoles.

De ahí han surgido las siguientes misiones, con una población aproximada en total de 600 matrimonios:

MCM

Responsable de misión Héctor y Esperanza Ayala Jorge y Lourdes López José Concepción y Gloria Luna Alejandro y Flor Quintanilla Juan Manuel y Lourdes Domínguez

San Francisco de Asís

Espíritu Santo

Sta. María de Guadalupe

San Marcos

Santa. Clara

El responsable de sector de estas misiones es Martín Farías con el apoyo de su esposa Ernestina, hermanos de un gran corazón y muy comprometidos con la formación y crecimiento de esta pequeña parte del Pueblo de Dios, y a los que de manera muy especial, agradecemos todo el empuje y el apoyo que nos han brindado. Así mismo agradecemos a Irving y Celia Villanueva del sector Norte, ya que en algún tiempo fueron los responsables de MCM Espíritu Santo. Ý por último agradecemos infinitamente, el apoyo incondicional que hemos recibido desde el principio de: Ernesto y Anita Perales, y Salvador y Malena Villarreal. Que Dios los bendiga a todos.

Atreverse a decir sí al Señor, tiene una recompensa muy, pero muy grande: es la promesa de obtener la Vida Eterna. Sin embargo, en el proceso de llegar a ella, el Señor nos permite estar como en primera fila, siendo testigos y participantes al mismo tiempo, de la conversión de muchos matrimonios que como ovejas extraviadas, oyen la VOZ del Pastor, Él cura sus heridas y regresan al redil.


¡Gracias Señor por todo!


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