viernes, 28 de abril de 2023

EI amor de Dios en mi familia


EI amor de Dios en mi familia

Testimonios de Margarita de Gómez, miembro de comunidad Jésed

Mi familia está formada por Filiberto Gómez, Margarita de los Santos y 5 maravillosos hijos de veintitrés, veintidós, dieciocho, diecisiete y quince años de edad. Siento la necesidad y el compromiso de agradecerle a Dios, ya que considero que me he comportado egoísta al no dar testimonio de las grandezas que Dios ha hecho en nuestras vidas.

En el 2002, uno de nuestros hijos tuvo una crisis convulsiva, y después de varios estudios le detectaron que su cerebro no se formó totalmente, y esto, según la doctora, podría ser la causa de las convulsiones; y le recetaron un tratamiento que supuestamente iba a ser de cinco años.

Gracias a Dios se lo suspendieron a los cuatro años, con el riesgo de que convulsionara, y ¡bendito Dios! Ya van dos años de la suspensión del medicamento y no ha convulsionado. Aunque esto puede sucederle en cualquier momento, ya que el problema de su cerebro no tiene solución médica, seguimos confiando en el Señor.

En el año 2006 mi madre ya tenía síntomas de Alzheimer, y en ese mismo año, después de una caída y de haber estado en cama, Dios la llamó a su presencia. Tiempo atrás, yo decía que el día en que me faltara mi madre me iba a morir, y gracias a la misericordia de Dios lo tomé con una paz que solo Dios da.

Otro testimonio de mi familia es el hecho de que hemos tenido situaciones económicas difíciles, me refiero a lo esencial, y Dios me demostró que estoy rodeada de ángeles que siempre salen en nuestro auxilio; y estoy segura de que Dios toca los corazones.

Cuando me siento deprimida Dios es mi refugio, mi auxilio. Nuestros hijos son una bendición, ya que no hay reclamos de su parte en tiempo de crisis. Sé que todo es por el amor que Dios nos tiene, y le pido que algún día me ayude a ser testigo fiel de las maravillas que ha hecho en mi vida, y en mi familia.

Hubo un tiempo en el que no teníamos seguro social ni de gastos médicos, y aproximadamente un mes después de que mi esposo encontró trabajo y le dieron seguro, en el día en que sepultamos a mi madre, Filiberto le dio un dolor y después de practicarle estudios, le detectaron piedras en la vesícula.

En esta circunstancia pudimos ver tres grandes milagros: uno, que tenía poco más de un mes con seguro y gracias a Dios lo operaron, ya que no teníamos solvencia económica para la operación; dos, la comprensión de su jefe pues tenía poco tiempo trabajando; y tres, que fue operado a los siete días de que le detectaran el problema. En el seguro es difícil que te operen tan rápido y yo sé que fue obra de mi Dios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los más leídos