viernes, 14 de abril de 2023

Siempre confiando en Dios

 

Testimonio de Teyra Cabrera González, siempre hay que confiar en Dios
Teyra Cabrera González









Siempre confiando en Dios

Desde los 2 años de edad me comenzaron a hacer análisis, y diagnosticaron que tenía problemas con los riñones. Esto me ocasionaba constantes infecciones, un caso especial en la Medicina, para lo cual ningún doctor pudo dar un buen diagnóstico y por lo cual no me operaron.

Siempre estaba a un paso de la muerte, por lo cual mis padres me encomendaron a la Virgen de Guadalupe, y su protección siempre estuvo a mi lado, pero también recibí muchas preferencias y cuidados con mi salud, en cuanto a muchas actividades físicas, y el no poder hacer grandes esfuerzos.

Esto me ocasionó el temor de morir o enfermar gravemente y a no disfrutar plenamente de la vida. 

Al tener un encuentro con el Señor, este sentimiento cambió a disfrutar más intensamente la vida, por lo cual todo lo que implicaba riesgo o esfuerzo físico estaba bien conmigo, y llegar a hacer las cosas más locas por el Señor; ya que siempre sentía una protección especial en mí, porque seguía confiando en Dios que no me pasaría nada, y así pasaron los años, hasta que me casé y tuve mi primer embarazo.

Comencé a tener nuevamente ese miedo a morir, debido a que ya no era sólo yo, sino también mi bebé, porque tenía muchas infecciones y dolores del riñón, y en una ocasión duré 2 días sentada en el baño y con muy alta temperatura; en ese momento no podía tomar ningún medicamento más fuerte, por el riesgo de perder al bebé.

Y volví a sentir que no dependía de mí, sino de cuánto yo confiaba en Dios. Y esto me llevó a un abandono profundo, y en ese momento me comenzó a bajar la temperatura y a sentirme mejor. Y confiando en Dios, nació mi primer bebé.

En el segundo embarazo volví a tener problemas, y me realizaron un estudio especial donde el diagnóstico médico me decía que los riñones no estaban trabajando adecuadamente, y me pedían que me hiciera más estudios, pero yo no podía debido a que estaba embarazada, por lo cual otra vez tenía que confiar en Dios, y así nació mi segundo bebé.

Después de 2 años me realicé un estudio, donde me indicaron que un riñón no estaba funcionando, pero ya no se pudo hacer nada porque gracias a Dios yo estaba nuevamente embarazada, así que no me quedó otra que volver a confiar en Dios.

Y por último, después del cuarto embarazo, me realicé otra vez un estudio, y esta vez salió completamente diferente a los demás diagnósticos:me indicaba que los 2 riñones estaban trabajando perfectamente y presentaban las medidas normales, lo único es que presentaba unas pequeñas piedras.


Ahora, prefiero seguir confiando en Dios y dejar que él se encargue de mi vida


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