jueves, 6 de abril de 2023

EI Señor me ha bendecido


Kattia Arguello de Fierro









Soy Kattia Argüello de Fierro. Nací en Managua, Nicaragua. Soy la tercera de 5 hermanos. Cuando tenía 11 años viví el terremoto que destruyó una buena parte de la ciudad de Managua. Gracias a Dios el Señor nos protegió del terremoto. Después, nos cambiamos a vivir a la ciudad de León donde vivían algunos de nuestros familiares.

Año y medio después de haber llegado a León, fuimos invitados al primer "Seminario de Vida en el Espíritu Santo" impartido por la Renovación Carismática en esta ciudad. A pesar de que solamente tenía 12 años, tuve un encuentro profundo con el Señor, en el que decidí entregarle mi vida a Él.

Unos años más tarde, la situación política de Nicaragua comenzó a ponerse cada día más tensa y peligrosa. Recuerdo un sábado en la mañana haber despertado escuchando balazos muy cerca de nuestra casa: la guerra civil había comenzado.

El Señor ya nos había hablado en las asambleas de oración que venían tiempos difíciles y que estuviéramos preparados. Recuerdo que mi mamá, escuchando estas palabras del Señor, había almacenado ciertos alimentos no perecederos.

Pasamos varios días encerrados en la casa escuchando tiroteos y bombas que caían en nuestra colonia. Algunos vecinos que vivían al lado nuestro habían hecho hoyos entre el muro que nos dividía con sus casas y se habían venido a refugiar con nosotros. A pesar del peligro, nosotros estábamos confiados en el Señor y en su protección. Teníamos tiempo de oración con cantos y alabanzas. Estuvimos días sin electricidad, agua y teléfono, pero nada nos hizo falta EI Señor estaba con nosotros.

En 1979 mis papás hicieron un primer compromiso de alianza con algunas parejas en León para tratar de formar una comunidad, pero este grupo no logró prosperar. Después de que la situación se calmó un poco, mis papás decidieron enviarnos a dos de mis hermanos y a mí a Estados Unidos, con algunas familias conocidas para que aprendiéramos inglés; ya que en ese momento las escuelas estaban cerradas por la situación que estaba viviendo el país.

En 1980 nos invitaron a mudarnos a Ann Arbor, Michigan, para ser parte de la comunidad La Palabra de Dios. Fueron años de mucha bendición. Cuando estuve allá tuve la oportunidad de ser parte de la hermandad de mujeres y poder discernir mi estado de vida. Casi seis años después, me mudé a la comunidad La Nueva Jerusalén en Miami.

En 1988 me casé con Sergio Fierro de la Comunidad Jésed y me vine a vivir a Monterrey, México. Batallamos un poco para poder tener familia, pero en una ocasión que estábamos celebrando el fin de año con un grupo de hermanos de ésta comunidad, el Señor le dio una visión a Sergio donde veía a una niña, caminando de la mano con un niño más pequeño. Esta visión nos dio la esperanza de que si tendríamos hijos... y así fue. Primeramente, nació nuestra hija Kattia Cristina, y más adelante nació David Jonathan. El Señor fue mucho más generoso y al poco tiempo nos regaló dos hijas más: Tatiana Elisa y Rebeca María. ¡Gloria a Dios por su bondad y misericordia!

Con el favor de Dios, este año cumpliremos 21 años de casados. El Señor nos ha bendecido con toda clase de bendiciones. Hemos podido servir en el Sector Universitario de la comunidad Jésed por 20 años y esto ha sido una gran bendición para nosotros en lo individual, y también para nuestra familia. El servir en el Programa de la Brecha por 10 años también ha sido muy enriquecedor.

Hay muchas historias y anécdotas más que puedo escribir sobre el amor y el cuidado de Dios en nuestras vidas, pero creo que escribiremos otra florecilla como familia.

¡Todo honor y gloria sea para El Señor!


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