martes, 4 de abril de 2023

Estima como tu mayor felicidad el tener que pasar por toda clase de pruebas


 Juan Antonio Rentería y Gaby Rodríguez de Rentería




Era el año 2002, y gozábamos de paz y estabilidad, Dios nos había dado la victoria en un embarazo de alto riesgo cuando nació nuestro tercer hijo David, pues experimentamos la fidelidad de Dios; también pasamos por un accidente de mi esposo en donde se lastimó gravemente la columna y tuvo que ser operado, pero Dios también nos dio la victoria, sanó a los 3 meses y los gastos de esta operación corrieron por el seguro de gastos médicos. Creímos que ya habían pasado las pruebas familiares, y que todo estaba bien.

Un día, haciendo el aseo de la casa, se me cae la Biblia y al levantarla leí esto "Estima como tu mayor felicidad el tener que pasar por toda clase de pruebas" (Santiago 1, 2). Recuerdo este pasaje como algo claro y específico en donde el Señor me habló y recuerdo también decirle al Señor "qué incongruencia, no entiendo" . Poco después empezarían otra serie de pruebas. Juan Antonio, perdería el trabajo y tuvo que iniciar un negocio propio de venta de ropa en el que nos fue muy mal; después trabajó con un hermano de comunidad como vendedor de un combustible y no prosperó; siguió en el ramo de ventas en donde vivió experiencias dolorosas y frustrantes trabajando en un negocio de mi hermano de sangre. Las cosas no salían como esperábamos. Buscó trabajo en Tijuana y no hallábamos la puerta que Dios nos abría. Pasaron dos años sin trabajo, aunque yo trabajaba en un colegio y esto era una bendición, pues los hijos pudieron seguir su educación con becas al 100%. Sin embargo, mi sueldo no era suficiente y mi trabajo extenuante.

Las hermanas del sector me apoyaron con despensa por meses. Había días en que no teníamos para gasolina, para el diario y el Señor siempre nos mandaba ángeles en los hermanos para apoyarnos. Mi esposo trabajaba por mientras instalando medidores de gas y siendo cuidador de un adulto mayor; esta última experiencia marcó mucho su vida. Mi esposo es un hombre muy servicial, muy atento a las necesidades de los demás pues pudo experimentar un gozo y alegría al cuidar a un adulto mayor y al mismo tiempo el Señor sanó las heridas causadas por la frustración en trabajos anteriores. Es fecha que la familia de esta persona a quien cuidó le dicen que él fue un ángel en sus vidas.

 Para este tiempo, Dios envió una profecía a la comunidad en donde decía que varias familias iban a ser tomadas para pasar por un tiempo de tribulación, que confiáramos en Él y que como hermanos estuviéramos atentos a apoyar y ser apoyados, porque Él quería formarnos. Yo decía: ¿Señor, porqué nos escogiste?"

Después de 2 años de momentos de angustia y dolor porque los hijos estaban muy limitados, Dios abrió una puerta, mi esposo fue invitado a trabajar en la oficina de la Comunidad hasta la fecha. EL SEÑOR NUEVAMENTE DIO LA VICTORIA EN SU MOMENTO. Sin embargo, Él quería seguir formándonos, mi gordo, vuelve a tener una fuerte recaída de su lesión en la espalda. Yo lloraba y le decía: "No, Señor, por favor. No puedo". Él no tardó en socorrernos, conocía mi quebranto, mi fatiga y respondió. Solamente necesitó ser infiltrado en la espalda; los médicos habían dicho que esta infiltración le duraría 6 meses y necesitarían operarle para incrustarle una placa en las vértebras lumbares, operación que no cubrirían los gastos médicos que reciéntenme le habían dado. Hermanos, para Gloria del Señor mi esposo lleva 4 años después de esta infiltración. Yo creo que Dios tuvo compasión y lo sanó completamente.

Durante estos 7 años, obviamente los hijos crecían y sus necesidades también; siempre hemos pedido diariamente por las escuelas en donde ellos estudiarían. HERMANOS, DIOS HA SIDO FIEL, de una manera sorprendente Dios ha abierto puertas para que los 2 hijos mayores obtuvieran becas de alto porcentaje en una buena universidad para sus estudios. Algo que aprendí de mi hermana Mine Vela era pedir al Señor de manera muy específica y le decía. "Señor, dame un trabajo en la universidad en donde estudiarán nuestros hijos" . Oraba, mandaba currículo, me entrevistaban y no se daba nada. Pero un día, me encontré a una antigua amiga de la primaria, quien ahora es Vicerrectora de esa Universidad, y le envié mi currículum. Hermanos, parece que al Señor le gusta hablarme con toda claridad y en lo cotidiano, qué padre, ¿verdad?

 Aunque pasó un año me encontraba triste y no entendía, pues había estado pidiendo al Señor por mi cambio, estaba haciendo lo que creía debía hacer ya que pronto iniciaría otro ciclo escolar y el Señor no me respondía, pero una hermana me dijo: "No te preocupes, Dios tiene algo muy bueno para ti" Al día siguiente, faltando 4 días para comenzar clases, durante mi oración, que hacía con llanto, recibí una llamada a las 10:30 p.m. de un maestro que me había recomendado en la UDEM. La Vicerrec tora, abrió un proyecto de una Preparatoria de la UDEM para alumnos de escasos recursos, y me invitaban a ser la Subdirectora. Un día antes de iniciar el ciclo escolar yo ya tenía trabajo en la Universidad de mis hijos, ellos tendrían ahora el 100% de beca. HERMANOS, ME GOZO AL VER MI PEQUEÑEZ,MI DEBILIDAD,MI QUEBRANTO Y LA GRAN MI- SERICORDIA DE DIOS. Como dice mi gordo, SUS OÍDOS SIEMPRE  ESTÁN ATENTOS A NUESTRAS SÚPLICAS.

Estando en una noche de mujeres compartíamos cuál era la mayor bendición que Dios nos había regalado y de inmediato vino a mi mente aquella Palabra que Dios me había dado en el 2002 "Estima como TU MAYOR FELICIDAD EL TENER QUE PASAR POR TODA CLASE DE PRUEBAS". Ciertamente este tiempo no ha sido dulce, pero ha sido de gran bendición para nosotros; nos ha permitido estar día a día sedientos del Señor, necesitados de Su misericordia, de Su providencia, confiados, buscando el orden, unidos y agradecidos. Hermanos, seguimos en la lucha, inspirándonos en la vivencia y palabra de los santos que nos dicen "Pon todo tu esfuerzo como si todo dependiera de ti, pero confía totalmente en transcurra en la paz de Dios. Dios como si todo dependiera de él". Esta es la clave para que nuestra vida

¡Dios los bendiga siempre!


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