jueves, 27 de abril de 2023

Mi vocación, un regalo de Dios




Ofelia Garza nos presente su testimonio de como Dios le guió al discernir su vocación.
Ofelia Garza de Siller

Mi vocación: Regalo de Dios Ofelia Garza de Siller

Cerca del año 1992, estaba buscando en oración que el Señor me confirmara mi vocación. Yo era integrante del Sector Universitario de la comunidad Jésed y solíamos ir a misa los domingos a San Juan Bosco, misa que oficiaba el Padre Gerardo Cárdenas. Era tal el fuego y ardor que experimentaba en mi corazón, que le decía constantemente al Señor: La vocación que tú quieras para mí, esa será la mejor, y estaré feliz.

Entonces ayuné, platiqué con personas que me ayudaran a definirme. Fue un tiempo de fe, gracia y bendición. Por otra parte, sentía en mi lado humano el deseo por casarme y formar una familia santa, dar a la iglesia los futuros santos del mañana. Pero no quería que mi deseo se antepusiera al de Dios. 

Fue así que acababa de comulgar y en mi diálogo interior con el Señor, yo le preguntaba: ¿En dónde me necesitas más? ¿Qué vocación me das? Cuando de pronto una mujer se paró delante mí. Yo estaba de rodillas en la alfombra, cerca del altar, con toda la "muchachada" de la época.

Esta mujer vestía una túnica larga, tenía una preciosa cadena con una gran cruz decorada con piedras de colores que brillaban. Me tocó el hombro y me dijo: "Hermanita", - yo abrí mis ojos y la miré, y ella continuó: "Dice el Señor que no te preocupes... tú le estás preguntando algo al Señor y Él te dice, que lo que tú escojas, él lo quiere para ti, que EI se goza contigo y te bendecirá". ¡Me quedé muda!. 

Esta mujer entró al cuarto del Santísimo y a los cinco minutos entré yo detrás. Sentía tanto gozo y agradecimiento con mi Dios, por esta manifestación extraordinaria, que dejé de pensar en la mensajera.

Al terminar mi oración me percaté que ella no estaba en la habitación. Nunca más la volví a ver. Pero supe que lo importante no era el mensajero sino el mensaje.

Dios me había hablado de un modo distinto. Mi corazón se llenó de euforia, alegría y gratitud por meses.

Pasado el tiempo formé una maravillosa familia con José María Siller; nos conocimos en el Sector Solteros, hemos tenido 4 hijos y somos plenamente felices, ya con 10 años de Matrimonio.

Ahora formamos parte del Sector Sur de la Comunidad Jésed. Podemos ver que nuestra familia ha estado muy llena del amor de Dios y estamos sumamente agradecidos, así como también con nuestra mamita María, que nos ha cuidado con su mirada de amor.

Pues el amor de Dios lo cubre todo, lo llena todo y sacia toda sed. De esto doy testimonio.



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